Giorgia Meloni, la aliada ultranacionalista de Salvini y amiga de Abascal

  • La líder ultraderechista es la política de moda en Italia y no para de crecer en los sondeos

  • Representa una derecha radical más conservadora que Salvini

Hay un vídeo que circula por Italia desde hace semanas en el que se ve a una política coreando a ritmo de música electrónica una especie de manifiesto. “Soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy cristiana”, grita. Sería difícil encontrar a un italiano por cuyo móvil no haya pasado el videoclip. En Youtube acumula más de siete millones de visualizaciones e incluso ha saltado a las discotecas. Nació como una parodia, pero al comprobar su éxito, su protagonista se ha adueñado de él hasta el punto de hacer campaña con el hit.

Ya lo dice el vídeo, ella se llama Giorgia. Se apellida Meloni. Tiene 42 años y es la líder del partido ultraderechista Hermanos de Italia. Como demuestra su habilidad para sacar partido de lo que es tendencia, es una de políticas que mejor explotan las redes sociales en Italia. Pero el contenido está grabado en un multitudinario mitin que celebró la derecha hace un par de meses en la plaza de San Giovanni de Roma, antiguo lugar de reunión de sindicatos y partidos de izquierdas. El contacto personal también lo domina.

Junto a Matteo Salvini o Silvio Berlusconi, la verdadera estrella de aquella tarde fue Giorgia Meloni. Proclamándose defensora de “Dios, patria y familia” y clamando contra la “islamización de Europa” que “la nacionalidad italiana no se regala”. “Es la única que nos habla a nosotros y a la que podemos creer”, decía una señora que había venido en autobús desde fuera de Roma sólo para escucharla a ella.

Desde hace meses, Hermanos de Italia es el único partido que no ha parado de subir en los sondeos. Del 6% en las elecciones del año pasado ya estaría por encima del 10%, un porcentaje con el que podría formar cómodamente un Gobierno netamente de extrema derecha -o soberanista, como prefieren llamarse- junto a la Liga de Matteo Salvini. La popularidad de Meloni (40%) sobrepasa incluso a la de su colega y sólo el primer ministro, Giuseppe Conte, se sitúa por encima de ella.

Amiga de Abascal

Aquella tarde en San Giovanni, poco después de la sentencia del procés, Salvini le mandó un “recuerdo al pueblo catalán”. Un asunto, la simpatía por el independentismo que un día representó la Liga, que lo ha alejado de quien sería su socio natural en España, Santiago Abascal. Entonces Meloni salió a poner las cosas en orden, al afirmar que “secesionismo y globalismo son dos caras de la misma moneda”, por lo que apoyaban “la batalla de los amigos de Vox por una España unida y libre”.

Abascal lo agradeció, ya que hace meses que encontró en la ultraderechista italiana una aliada sin ambages. El pasado septiembre el líder de Vox fue invitado a la convención anual de Hermanos de Italia en Roma, donde habló de las “raíces cristianas” que unen a ambos pueblos. En una entrevista con el diario italiano Libero, conocido por su cercanía a la extrema derecha y sus escandalosas portadas, Abascal dijo que tenía una “bonita relación con Giorgia, una sintonía muy profunda” y que los dos partidos “trabajan casi como un único grupo en Europa”.

El éxito de Vox se explica, en parte, por su definitiva aceptación en el club de la extrema derecha europea. Nunca antes se había escuchado a Abascal hablar de “globalismo” y de “élites políticas supranacionales”, conceptos que llevan explotando otros partidos similares europeos desde hace años. Tras las elecciones en España, hubo cruce de felicitaciones y agradecimientos entre Santiago Abascal y Giorgia Meloni, que sellaron un entendimiento duradero.

A la derecha de Salvini

Como había hecho la Liga de Matteo Salvini, Hermanos de Italia también se adhirió a The Movement, la plataforma europea creada por Steve Bannon, el ex asesor de Donald Trump. De hecho, Bannon había pasado por el congreso del partido italiano un año antes que Abascal. El grupo resultó después ser un fiasco, pero con vistas a las pasadas elecciones europeas sí que se produjo una mayor cooperación entre formaciones comunitarias de extrema derecha.

Salvini y Marine Le Pen representan el ala más euroescéptica, con un discurso económico dirigido a las clases más desfavorecidas; mientras que Meloni se encuadraría en el grupo de los tradicionalistas, abanderado por el primer ministro húngaro, Victor Orbán, y los partidos del centro y el Este de Europa.

La líder italiana presume de ser la única en su país que no se ha transformado nunca. “Los electores han penalizado algo a Salvini por haber pactado con el Movimiento 5 Estrellas y haber roto después el Gobierno, mientras que aprecian que Meloni lleva en la oposición diciendo las mismas cosas desde que se fundó su partido”, asegura Lorenzo Castellani, politólogo de la Universidad Luiss.

Los orígenes

Eso fue en 2012, cuando el grupo más conservador del partido de Berlusconi creó Hermanos de Italia, bajo el liderazgo de una prometedora política que había sido ministra de Juventud con Il Cavaliere en 2008. La experiencia le sirvió para curtirse y rodearse de gente que sabe cómo se maneja el poder. El símbolo de Hermanos de Italia recoge la llama tricolor del antiguo Movimiento Social Italiano, un grupo que aglutinó durante décadas a grupos fascistas que no aceptaron su derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Meloni, que hoy grita por encima de sus rivales y que le habla a ese público de periferia, creció en un ambiente similar. Frecuentó esos grupos de extrema derecha de inspiración fascista que siempre han tenido su público en Roma y todavía hoy habla el romano más cañí del barrio de Garbatella, uno de los más genuinos que le quedan la capital italiana. Su padre, del que dice que era un comunista, se fugó a Canarias con otra mujer y dejó que fuera su madre la que criara sola a la pequeña Giorgia.

Carácter nunca le ha faltado. Ni tampoco vehemencia para defender que habría que hundir los barcos con los que los migrantes tratan de llegar a Europa, que las parejas homosexuales no deberían poder casarse -y mucho menos adoptar- o que el aborto debería estar prohibido. “Mientras la prensa progresista impulsaba a figuras feministas débiles, ella ha ejercido ese papel de mujer fuerte, a caballo entre la modernidad y la tradición”, opina Lorenzo Castellani. La defensora de la familia y los valores cristianos, sin embargo, tiene una hija pero no está casada.

Meloni nació al abrigo de ‘papá Berlusconi’, lo que de algún modo le acerca a una derecha más clásica. Se define como conservadora en lo moral, mientras que en lo político no se aleja de la tradicional alianza con Estados Unidos, a diferencia de la cercanía de Salvini hacia Rusia. Sin embargo, su conexión con el líder de la Liga podrían llevarla a matar al padre, ya que con las previsiones actuales Berlusconi sólo sería un impedimento en el proyecto soberanista de Matteo Salvini y Giorgia Meloni.