La imagen del día es la de una Venecia casi inundada, convertida en río. Italia se ha visto también azotada por el temporal, al igual que España, donde hay zonas que llevan ya 36 horas sin luz. En Francia también está golpeando con fuerza pero es en Italia, como hace días ocurrió en nuestro país, donde han visto como la naturaleza furibunda ha segado ya doce vidas. La mayoría, víctimas de árboles arrancados de cuajo.
Después de las siete muertes del lunes 29 de octubre (dos en la provincia de Frosinone, una en Terracina en la provincia de Latina, una en Nápoles, una en Albisola en Savonese, una en Feltre en Belluno y una en San Martino en Badia, en la provincia de Bolzano ), los rescatistas han recuperado otros cinco cuerpos. No se descarta que aparezcan más.
Los encontrados hoy son los de una mujer muerta en Dimaro, Val di Sole; el de un marinero que se perdió en el mar frente a Catanzaro, el de un hombre de 63 años de San Giovanni in Marignano (Rimini) que murió ayer por la tarde en mar debido a un accidente durante un viaje de kitesurf y el de un pescador que se dispersó en el lago de Levico después de que las fuertes ráfagas de viento lo hicieran caer de su barco. También ha sido encontrado muerto en el arroyo Biois un hombre de 61 años de Falcade (Belluno) que estaba desaparecido después de que su automóvil fuera encontrado abandonado cerca de la vía fluvial.
En Venecia se ha producido el fenómeno conocido como "acqua alta", en el que el nivel del agua ha llegado hasta los 156 centímetros sobre el nivel del mar. Es la sexta vez en la historia que supera el metro y medio de altura. En 1951 llegó a 151 cm; en 1976 a los 166 cm; en 1986 alcanzó los 159 cm; en 2008 se situó en 156 cm y en noviembre de 1966 logró un nivel récord de 194 cm. Los canales se han desbordado hasta inundar tiendas y comercios. A los turistas se les ha visto caminando con el agua por las rodillas. Tanta agua hay que ha obligado a cerrar la icónica plaza de San Marcos. Los expertos ya advierten que si como pronostica el cambio climático esta realidad se hace más cotidiana será difícil salvar parte de la historia.
9.000 operaciones de rescate
Más de 9.000 operaciones de rescate se han llevado a cabo por 5.800 bomberos desplegados por todo el país para luchar contra las inundaciones, derrumbes y las caídas de árboles.
Horas de tensión se vivieron en el puerto de Rapallo en Liguria donde 19 personas quedaron atrapadas. Salvadas in extremis el espectáculo de ver los yates de lujo con los amarres rotos y estrellados contra la costa, entre ellos el de Berlusconi era berlangiana. La furia del mar podía con todo. Los habitantes del lugar dicen que nunca han visto nada igual.
Las historias de los fallecidos
Las historias de los muertos ya copan los medios italianos. Como la de ese joven cuya vida fue segada por un árbol arrancado por el viento cuando su padre siempre le llevaba en coche. O la de otro conocido como el 'hombre del pescado', también muerto cuando un coche se empotró mientras viajaba con un amigo en un Smart. Como esos dos jóvenes menores de 38 años que también fallecieron en su coche. Uno de ellos, paradojas de la vida, deseaba hoy un gran día a todos pese al mal tiempo en las redes sin saber su destino. Ir a la tienda cerca de la casa a comprar algo para la cena fue fatal para otro de los fallecidos, una jubilada de 88 años que vivía en Albisola, en el área de Savona. Un grupo de escombros acabó con su vida como relata La Republica.
O como ese otro ciudadano que como un día más y pese al tiempo había ido a trabajar y al que un árbol segó la vida. No faltan los héroes en este tipo de tragedias como el de un bombero voluntario que murió intentando cortar un árbol para que este no matara a nadie. Otra mujer murió en su casa. Fue imposible rescatarla, como al propietario de un de los yates hundidos.
A otros la pasión por el mar les mató. El viento y las olas arrojaron a un hombre de 63 años a un acantilado, a un pescador el amor por su barco le costó también la vida. Al ir a comprobar si estaba amarrado la perdió. Y sí, el barco estaba seguro. Como ese artesano que desapareció y fue encontrado un día después. Así ha sido el temporal en Italia. Mortal.