Un joven de EEUU recibe el primer trasplante de manos y rostro del mundo

  • Joe DiMeo, de 22 años, sufrió un grave accidente de coche en julio de 2018

  • El joven de Nueva Jersey (EEUU) tuvo quemaduras en el 80% de su cuerpo

  • La intervención, realizada por el doctor Eduardo Rodríguez, duró 23 horas

Joe DiMeo, un joven de 22 años natural de Nueva Jersey (EEUU) siempre se caracterizó por tener una mentalidad positiva pese a las adversidades extremas, como el accidente automovilístico del que fue víctima en julio de 2018 y que provocó quemaduras en el 80% de su cuerpo.

El joven conducía a su casa después trabajar cuando se quedó dormido al volante, por lo que chocó su vehículo, el cual se volcó y se incendió. Un buen hombre que se topó con el accidente logró sacarlo y ubicar su cuerpo en mitad de la calle. Resulta que este héroe terminó siendo un famoso cantante estadounidense, Ted Wizard Mills, vocalista principal del grupo Blue Magic.

Despertó en el hospital casi tres meses después de unas 20 cirugías reconstructivas.

Ese accidente marcaría para siempre la vida del joven estadounidense, e incluso cambiaría muchas cosas en su aspecto físico, pero lo que jamás pudo cambiar fue su extraordinaria personalidad, positiva y perseverante. Según los doctores, han sido la clave de su éxito.

DiMeo logró sobrevivir, afortunadamente, pero padeció pérdidas significativas: los médicos tuvieron que amputarle los dedos debido a las quemaduras graves, no tenía labios y los párpados estaban completamente fusionados. "Hicieron lo mejor que pudieron por mí", dijo DiMeo a la revista estadounidense People.

A pesar de esta tragedia, DiMeo se mantuvo con su actitud positiva. Antes de dejar el hospital, uno de los cirujanos plásticos que lo atendió grabó un video y se lo envió al doctor Eduardo Rodríguez, un experto de renombre mundial en cirugía plástica reconstructiva del NYU Langone Hospital, en la ciudad de Nueva York. En marzo de 2019, DiMeo habló con Rodríguez, quien mencionó la posibilidad de un trasplante de rostro y manos.

"Me gustó su actitud, es un tipo realmente realista", señaló DiMeo sobre Rodríguez. "Cuando terminé de hablar con él ese día, pensé: Tengo que hacer esto”.

No obstante, los riesgos no eran menores. Si bien ha habido alrededor de 50 trasplantes de rostro en el mundo (incluidos dos realizados por Rodríguez) y alrededor de 100 trasplantes de mano, nunca se habían realizado con éxito al mismo tiempo. La cirugía de trasplante puede fracasar fácilmente con infecciones o insuficiencia vascular después de volver a conectar los vasos sanguíneos, o el cuerpo del paciente podría rechazar el trasplante después de la cirugía.

"Cuando hablamos de la posibilidad de hacer tanto las manos como la cara, tuve que hacerle saber que esto se había intentado dos veces en el mundo y ambas habían fallado, de hecho, uno de esos pacientes murió", comentó Rodríguez a People. "Él entendía los riesgos que estaban involucrados y sabía que se trataba de una cirugía de vanguardia que no había tenido éxito en el pasado, pero tenía la mayor fe en todos nosotros”, explicó.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentaban era encontrar un donante. Debido a las muchas transfusiones de sangre que DiMeo había recibido durante su estadía en el hospital después del accidente, había solo un 6% de posibilidades de identificar un donante que funcionara.

DiMeo esperó pacientemente más de un año, mientras Rodríguez buscaba un donante viable y trabajaba con su equipo para capacitarse para la cirugía. El proceso se complicó aún más con la llegada de la pandemia de coronavirus. DiMeo tenía un alto riesgo de enfermarse gravemente si llegaba a contraerlo.

El pasado 10 de agosto, Rodríguez encontró un posible donante. "Fue estimulante. Tenía que asegurarme de que este paciente fuera el donante ideal para Joe, pero con cada paso que daba, empezaba a sentirme mejor. Y cuando identifiqué que este era el donante perfecto para Joe, fue realmente emocionante, porque ahora todo nuestro equipo, que se capacitó durante casi un año, estaba listo para brindarle a Joe la oportunidad de que su vida volviera a la normalidad", afirmó.

Solo dos días después, DiMeo estaba en el hospital, listo para el trasplante, sin ningún temor en su mente. Pronto los doctores se pusieron en marcha, conectando dos huesos, 21 tendones, cinco venas, dos arterias y tres nervios principales para trasplantar las manos y la cara del donante a DiMeo. La cirugía se prolongó durante 23 horas, un tiempo "históricamente" rápido, según comentó Rodríguez, cuyos trasplantes de cara anteriores fueron de 24 a 25 horas.

DiMeo se despertó unos días después y pronto comenzó la rehabilitación para recuperar la fuerza en sus manos. "Hago muchas cosas de motricidad fina pellizcando, apretando y tratando de que los músculos más pequeños funcionen. Es un poco más complicado porque sé que puedo hacer esas cosas, pero solo tengo que encontrar el músculo adecuado para hacerlo", indicó. Rodríguez lo está observando atentamente para poder prevenir cualquier problema o rechazo, pero "cada semana" mejora.

DiMeo ahora se alimenta solo, puede ducharse, lavarse las manos, jugar al billar, todo lo que no podía hacer antes de su cirugía. "Me siento realmente agradecido. Puedo sentir el pelaje de mi perro, o cuando lame mi palma, y eso me hace feliz. Son las pequeñas cosas que haces todos los días, y no sabes que se han ido hasta que las pierdes", dijo DiMeo.

Rodríguez aseguró que la cirugía no habría tenido tanto éxito si no hubiera sido por un paciente como DiMeo.