¿Es un peligro ser político en Latinoamérica? Presidentes y candidatos que no vivieron para contarlo

Informativos Telecinco 07/09/2018 12:00

El 26 de abril de 1990, el candidato a presidente de Colombia y a alcalde de Bogotá Carlos Pizarro fue asesinado en un avión. Su sicario, Gerardo Gutiérrez, cogió el mismo vuelo y le disparó varias veces.

También en Colombia, la muerte del candidato a la presidencia Luis Carlos Galán sobrecogió al país. Fue tiroteado durante un encuentro con los pobladores de Soacha en Cundinamarca para exponer algunos puntos de su campaña.

El candidato se mostró en contra del narcotráfico y la corrupción, lo cual fue visto por algunos grupos criminales y políticos como una amenaza. El 'Cártel de Medellín' en complicidad con funcionarios del Estado dio la orden de su magnicidio. Los autores intelectuales de este crimen fueron Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y Alberto Santofimio Botero.

En México, el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional Luis Donaldo Colosio fue asesinado el 23 de marzo de 1994. El Gobierno considera cerrado su caso desde el año 2000 después de que el último fiscal Luis Raúl González Pérez estableciese que había sido Aburto el único autor intelectual y ejecutor del crimen.

Otros magnicidios

La lista de magnicidios en Latinoamérica incluye también a presidentes y expresidentes. Gualberto Villarroel, presidente de Bolivia; Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Venezuela; Salvador Allende, presidente de Chile; el candidato argentino Pedro Eugenio Aramburu o el nicaragüense Anastasio Somoza Debayle son algunos de ellos.

Gualberto Villarroel, presidente de Bolivia, fue asesinado el 21 de julio de 1946 en las calles de La Paz. Una turba lo depuso del poder. Le asesinó y luego colgó públicamente su cadáver.

El 13 de noviembre de 1950, Delgado Chalbaud fue secuestrado por un grupo encabezado por Rafael Simón Urbina, y posteriormente asesinado en una casa de la urbanización Las Mercedes de Caracas, propiedad de Antonio Aranguren. Las circunstancias que rodearon su muerte suscitan y han suscitado numerosas especulaciones.

En el caso de Salvador Allende un golpe de Estado acabó con su vida en 1973. El Palacio de La Moneda fue bombardeado por aviones y tanques y el político se suicidó. Tras el fin de su Gobierno, el general Augusto Pinochet encabezó una Dictadura Militar que duró dieciséis años y medio.

El argentino Pedro Eugenio Aramburu logró ser el tercer candidato más votado de las elecciones de 1963. Años después, en 1970 fue secuestrado y ejecutado por la organización guerrillera Montoneros.

Anastasio Somoza Debayle fue el último de la dinastía Somocista, que ejerció el poder en Nicaragua desde 1934. Tras renunciar a su cargo y partir al exilio, fue asesinado en Asunción (Paraguay).

No son los únicos magnicidios de la historia. A lo largo de la historia estos crímenes se han sucedido y las preguntas sin respuesta sobre muchos de ellos aún continúan. Ejemplo de ello son las teorías conspiratorias sobre la muerte de John F. Kennedy o la familia real Romanov.