Fogonazos de luz ultravioleta para acabar con cualquier rastro de COVID-19 en el metro de Nueva York

  • Antes de la pandemia casi 6 millones de personas usaban el metro diariamente, al inicio de la pandemia los viajes cayeron un 92%

  • Se han distribuido 150 lámparas de luz ultravioleta en la red de transportes de Nueva York que a partir del lunes comenzarán a funcionar

  • Es la primera vez, en sus 115 años de historia, que el metro de Nueva York interrumpe su servicio

El metro de Nueva York arranca esta semana un programa piloto que pretende acabar con cualquier rastro de coronavirus en su red de transportes. Se trata de varias lámparas de luz ultravioleta que a golpe de rayos UVC acaban con cualquier rastro de coronavirus. La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA por sus siglas in inglés), explica que se han distribuido ¨150 dispositivos móviles de dos cabezales¨ en la red de transportes de la ciudad. La desinfección se llevará a cabo durante la noche, cuando los vagones están vacíos después de que el pasado 6 de mayo se ordenara la suspensión del servicio de 1 a 5 de la madrugada.

Luz ultravioleta para desinfectar allí donde el equipo humano no llega

El pasado 6 de mayo, por primera vez en sus 115 años de historia, el metro de la ciudad de Nueva York interrumpía su servicio durante la noche. Lo hacía por una buena causa, limpiar a fondo su flota para que los miles de pasajeros que cada día lo usaban antes de que comenzara la pandemia, volvieran a recuperar la confianza en el principal medio de transporte de la ciudad (antes de que comenzara la pandemia casi 6 millones de personas utilizaban el metro a diario).

Ahora, al trabajo humano se une el tecnológico. A partir de la semana que viene arranca un programa piloto que desinfectará a fondo cada rincón. Se trata de 150 dispositivos que pertenecen a la empresa PURO Lighting y que se han distribuido por los vagones, autobuses y estaciones de la ciudad.

Una especie de cámaras fotográficas que lanzan fogonazos de luz UVC (el tipo de luz ultravioleta que se utiliza en mecanismos de desinfección) y que ya se han utilizado con éxito en otros escenarios como salas de operaciones de hospitales, clínicas, salas de urgencias, estaciones de bomberos y universidades. ¨Y esto es solo el comienzo¨, ha asegurado la presidenta interina de MTA, Sarah Feinberg, ¨continuamos explorando nuevas opciones todos los días mientras mantenemos el régimen de limpieza y desinfección más grande en la historia de MTA¨.

Vagones que superan con creces la `prueba del algodón´

La increíble limpieza de la que presume ahora el metro de Nueva York no ha pasado desapercibida. En las redes sociales muchos alaban la labor de la compañía, aunque también se preguntan por qué ha habido que esperar a que llegara el COVID-19 para mantenerlo así de limpio.

En la estación de metro del World Trade Center, donde varias líneas terminan su recorrido, a la limpieza nocturna se suma también un equipo de 10 personas que desinfecta, durante todo el día, los vagones que llegan a la estación. ¨Hay que hacerlo así porque aquí se sube mucha gente cada día y sino puede ser terrible¨, nos cuenta la mexicana Clara, que prefiere no dar su apellido porque ningún trabajador está autorizado a hacer declaraciones ante los medios. Mientras hablamos con ella, un hombre se acerca a darle las gracias por limpiar el metro para que sea seguro. ¨Ellos también son héroes¨, nos dice a nosotros.

¨Yo creo que nunca había visto el metro tan limpio, ya no se ven ratas como siempre, ni papeles en el suelo. Además, han desaparecido todos los homeless¨, cuenta a NIUS Flor Ribera, usuaria habitual del metro. ¨Pero lo de mantener la distancia social es imposible, creo que deberían poner más trenes y así no iríamos todos pegados¨, añade.

Dónde están los 4.000 sin techo de la ciudad de Nueva York

Según la MTA, la crisis del COVID-19 provocó una caída del 92% de usuarios. En su lugar, cientos de personas sin hogar aprovecharon para convertir los vagones de metro en sus dormitorios. Cuando a principios de mayo las autoridades decidieron suspender el servicio nocturno para poder limpiar la red de transportes a fondo, estaba claro que ese no era el único motivo de tal decisión.

La muerte de dos sin techo en el metro y las imágenes de decenas de vagones con gente durmiendo en los asientos, rodeados de bolsas y maletas, hicieron saltar todas las alarmas. ¨Tengo que ir a trabajar ahí dentro¨, denunciaba el conductor que en su día grabó las imágenes, ¨no tiene sentido¨.

El gobernador Andrew Cuomo calificaba así la situación: ¨lo que sucede en esos vagones es desagradable¨. Al día siguiente se cerraban las estaciones durante la noche, y los servicios sociales de la ciudad prometían encargarse de las más de 4.000 personas sin hogar que se volvían a quedar en la calle.

Los refugios se han convertido en un foco de infección

La solución no es nada fácil. El cierre de restaurantes y cafeterías en la Gran Manzana ha privado a muchas de estas personas de baños, agua y un lugar donde descansar. Una imagen muy común en esta ciudad, a la vez que dura, es ver los famosos Starbucks con mendigos que pasan allí todo el día para refugiarse del frio o el calor, y poder comer y lavarse.

Ahora solo les quedan los refugios y están abarrotados. En la mayoría de ellos las personas sin hogar están durmiendo hacinadas. Desde que comenzó la pandemia, se han confirmado alrededor de 810 casos positivos y 65 muertes por coronavirus en 179 refugios de la ciudad. Muchos dicen que tienen miedo a contagiarse y ahora que el frio termina prefieren saltar a las calles de la Gran Manzana. Con la ciudad prácticamente vacía, casi solo los ve a ellos, una terrible imagen más que nos deja esta crisis sanitaria y económica.