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Cada vez son más las mujeres chinas que posponen el nacimiento de sus hijos o deciden no tenerlos, pero una empresaria se ha desmarcado de la tendencia al dar a luz a siete.
A pesar de la política de dos hijos del gobierno chino, que multa a los infractores de la norma, Zhang Rongrong, de 34 años, y su marido, de 39, se mostraron contentos de pagar el precio por un número de hijos que, según ella, es simplemente "perfecto".
La familia de Zhang ha pagado más de un millón de yuanes (unos 127.000 euros) en concepto de "tasas de apoyo social" -multas- al gobierno local por el privilegio de dar a luz a un número de hijos superior al permitido.
Hasta hace seis años, la mayoría de las mujeres de China sólo podían tener un hijo. Sin el pago de las multas, los niños no habrían recibido sus importantísimos documentos de identidad.
Zhang dirige una fábrica de ropa, una empresa de joyería y un negocio de cuidado de la piel en la provincia de Guangdong, al sur de China.
Nació y creció en la región de Chaoshan, o Teoswa, en el este de Guangdong, donde tradicionalmente las familias han sido numerosas, con preferencia por los hijos varones. Aun así, la prole de siete hijos de Zhang es una rareza.
"Hay familias con tres o cuatro hijos, porque los teochew suelen preferir los niños a las niñas... si los dos primeros hijos son niñas, intentarán tener un tercero o un cuarto, pero rara vez tantos como yo", dice Zhang en SCMP.
La decisión de Zhang de dar a luz a un número tan elevado de hijos no se debe a una preferencia de género, dijo; sus dos primeros hijos fueron un niño y una niña. Simplemente espera no estar nunca sola.
"Cuando mi marido está de viaje y los niños mayores también están fuera por estudios, sigo teniendo otros niños a mi alrededor... Cuando sea mayor, podrán visitarme en diferentes tandas", argumentó.
Todas las mañanas lleva a los niños mayores a la escuela de uno en uno, y deja a los más pequeños con una niñera en casa. Suele llegar a su fábrica de ropa al mediodía.
Zhang dijo que, aunque siempre había soñado con ser una empresaria de éxito, sabe que los éxitos futuros pueden ser limitados con tantos hijos ahora.
"Sé que quizá no pueda conseguir más logros en el trabajo", dijo. "Si me dedico por completo al trabajo, no podré cuidar de mi familia. Tengo que tomar una decisión".
Zhang dijo que no fue ella quien tomó la decisión de dejar de tener bebés, sino su marido, que se sometió a una vasectomía tras el nacimiento del último hijo en 2019 porque su trabajo le dejaba poco tiempo para dedicar a la familia.
"Le gustan las actividades al aire libre, pero con tantos niños es mucho trabajo cada vez que nos vamos de viaje con la familia", explica. "A menudo me bromea: "¿Por qué tenemos tantos hijos?". Los internautas también sentían curiosidad por lo mismo.
"Algunas personas han comentado que debo estar agotada criando a siete hijos. Otros dijeron que lo que importa es la calidad, no la cantidad, a la hora de criar a los hijos", dijo Zhang.
"En realidad, no me siento tan cansada. Es como bailar: si te gusta, te sentirás a gusto aunque estés sudando. En cuanto a la calidad, mis hijos son muy felices. Y me aseguré de tener capacidad económica antes de dar a luz a los más pequeños", sentencia la madre.
La subida vertiginosa de los precios de las propiedades en China, la educación costosa y el aumento de los costes de la atención sanitaria hacen que criar a los hijos sea un asunto cada vez más costoso, pero para Zhang, tener una familia numerosa merece la pena.
La preocupación por el rápido envejecimiento de la población del país y el descenso de la natalidad hizo que el gobierno central aboliera la política del hijo único en 2015, permitiendo a las parejas tener dos hijos.
Aunque el impacto se sintió brevemente en 2016 con un aumento de los nacimientos, el número de recién nacidos ha seguido cayendo desde entonces.
En 2019, el número de bebés nacidos se redujo en 580.000 respecto al año anterior, hasta los 14,65 millones, el nivel más bajo desde 1961, según los datos oficiales.