La Asamblea General de la ONU: una máquina de hacer dinero

  • Una habitación de hotel en Manhattan ronda los 700 euros

  • Las reservas en los restaurantes se hacen con uno o dos meses de antelación

  • Nueva York acoge a las delegaciones de 193 países

El acto más importante de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA) es la celebración del Debate General del 24 al 30 de septiembre. Es el momento en que cada uno de los jefes de Estado y de Gobierno se dirige oficialmente a sus homólogos mundiales. A pesar de que todavía queda una semana para esta reunión de alto nivel, en la ciudad de Nueva York ya comienzan a notarse sus efectos.

Coches de alta gama con los cristales tintados pasean por las calles de alrededor de la ONU y ya se empiezan a ver agentes uniformados con perros que rastrean cada rincón de los alrededores del gran epicentro. Y es que la UNGA es como una onda expansiva que tiene su centro en la primera avenida entre las calles 42 y 48, pero cuyos efectos llegan a toda la ciudad.

Conseguir una habitación en la zona de Midtown estos días es ya imposible. A no ser que estés dispuesto a pagar un mínimo de 800 dólares (unos 723 euros) por una noche. Aparcar tampoco es fácil. Muchas calles van a estar cerradas toda la semana que viene, así que hay que ir pensando en un plan B. Y eso también lo saben los dueños de los parkings de alrededor de la ONU. Estos días, la tarifa sube a casi el doble.

¿Dónde comen los presidentes?

Esa es una pregunta que nadie quiere contestar. La mayoría alega en su defensa temas de seguridad, pero lo cierto es que la discreción es un valor añadido en esta ciudad. Dentro de las Naciones Unidas hay varias cafeterías, pero los dirigentes de medio mundo no comen en ellas. Algunos, ya sea por coquetería o por cuestiones de salud, traen su propia comida para los almuerzos entre reunión y reunión. Y la gran mayoría de ellos cuenta con una persona en su equipo que se dedica única y exclusivamente a organizar los encuentros gastronómicos de estos días.

Las reservas suelen hacerse con uno o dos meses de antelación, depende de la calidad del restaurante. La cosa se complica cuando hablamos de restaurantes con estrella Michelín. En este caso, suelen reservarse con más de 6 meses de antelación o a veces incluso un año antes. Los negocios de comida más mundanos también se llevan una buena porción del pastel.

"Los restaurantes donde solemos ir a comer están a tope", nos cuenta Nacho, un español que trabaja en la zona de Naciones Unidas, "y ni pensar ir a comer en grupo, a estas alturas ya está todo reservado. Hay que pensar que llegan delegaciones de 193 países, no son solo los dirigentes". Lo que se traduce en un aumento del beneficio de los restaurantes estos días.

Los restaurantes más solicitados

En los negocios a los que entramos, pocos tienen tiempo para contestar a nuestras preguntas. Se preparan para la invasión. Rafaelle Sposito, el dueño del restaurante Da Raffaele nos atiende entre cliente y cliente. A pesar de estar en 'la primera línea de fuego' (así es como llaman a los restaurantes y comercios que se encuentran en la primera Avenida, la más cercana a la ONU y en la que se cierra todo el tráfico), este empresario que lleva más de 26 años en el negocio nos cuenta que la Asamblea General atrae y aleja clientes por igual.

"Estos días simplemente cambia mi clientela". Y es que al estar las calles cerradas muchos de sus clientes no pueden acceder a la zona (recordemos que nadie entra en los alrededores de Naciones Unidas estos días si no tiene un pase; y salvo que seas diplomático, trabajador de la Organización o periodista no lo puedes conseguir), "así que pierdo algunos clientes, pero me llegan nuevos que están trabajando en las Naciones Unidas y no tienen tiempo para alejarse mucho de aquí".

Raffaele nos explica que ya tiene todo reservado desde este viernes hasta finales de mes. "En total unos 4 presidentes pasarán por aquí", añade sonriendo. Decirnos los nombres de los mandatarios que pasarán no es algo de lo que se le pueda convencer. "El sábado cierro el restaurante entero porque lo han alquilado para un evento". Y ahí damos con la verdadera gallina de oro: los eventos durante la semana del Debate General.

La media por alquilar un restaurante entero para tu fiesta (lo que aquí se conoce como un Buy out) ronda entre los 5000 y 7000 dólares (4500 y 6300 euros) por dos o tres horas. Y a ese precio, debemos añadir comida y bebida, que por persona, algo decente, suele rondar un mínimo de 70 dólares (63 euros). Eso siempre y cuando no sea necesario alquilar equipos de audio, seguridad, y todo tipo de extras. En definitiva, una inyección económica para toda la ciudad.