Caylee tenía dos años cuando su cadáver fue encontrado en diciembre de 2008 en un bosque cercano a la casa en la que vivía con su madre, después de desaparecer en junio del mismo año. La madre de la pequeña, Casey, fue acusada de homicidio en primer grado por la muerte de la pequeña.
Su abogado, José Baez, ha mantenido durante todo el juicio la tesis de que la pequeña Caylee se ahogó en la piscina del patio trasero de la casa de la familia de Anthony.
Mientras que la abogada del Estado, Drane Burdick, han intentado demostrar, sin éxito, que Casey asfixió con una cinta adhesiva a la pequeña y escondió el cuerpo en el maletero del coche. Además, en el año 2008 se encontraron, en un bosque cercano a la casa de la familia, restos óseos de la pequeña.
Ahora, el jurado del condado de Orange, en Orlando, ha encontrado no culpable de homicidio en primer grado a la acusada, aunque fue encontrada culpable de cuatro cargos menores relacionados con mentir y suministrar falsa información a agentes policiales por los que puede recibir hasta un año de prisión.
Después de 11 de horas de deliberaciones, el jurado absolvió a Anthony, de 25 años, también de los otros dos cargos más graves en su contra: homicidio sin premeditación agravado de un menor y abuso infantil agravado que hubieran conllevado la pena de muerte.
Sin pruebas más allá de la duda razonable
El jurado ha considerado que la fiscalía no ha podido probar, más allá de la duda razonable, que Anthony asfixió a su hija como lo habían planteado con cinta adhesiva sobre boca y nariz y cloroformo.
El jurado también ha desestimado las declaraciones de la madre de Anthony quien en una llamada al servicio de emergencia 911 aseguró que el coche de su hija "olía a cadáver", una de las principales pruebas presentadas por la fiscalía.
El juez Belvin Perry dictaría sentencia el próximo jueves y existe la posibilidad de que Anthony pueda quedar en libertad ese mismo día ya que lleva tres años en la cárcel.