Postureo y fajos de billetes: el negocio chino de aparentar riqueza en las redes sociales

  • Mostrar en redes sociales la parte más brillante de la vida es un hábito extendido en todo el mundo. Sin embargo, en China la cosa va más allá.

El gigante asiático es el segundo país con más multimillonarios del mundo, el lugar en el que el número de ricos aumenta a mayor velocidad y el principal mercado de las marcas de lujo internacionales. Pero si, como la mayor parte de la población, no se cuenta con el dinero suficiente para presumir de una vida por todo lo alto, hay maneras de fingir que se tiene una buena cuenta corriente. En China se pueden encontrar webs o servicios en páginas como Taobao -la marca local de Aliexpress- con las que aparentar ser uno de los miles de nuevos millonarios surgidos por todo el país.

Por precios que oscilan entre los 2 y los 8 yuanes (0,25 a 1 euros) se puede conseguir acceso a un mercado paralelo de fotos y vídeos breves, en su mayoría descargados ilegalmente de plataformas como Youtube o Tik Tok, en los que se muestran mansiones, piscinas infinitas en paraísos tropicales, asientos de primera clase en aviones, ropa de marca, mesas repletas de marisco, cenas con famosos o, directamente, montones de dinero en efectivo. Una vez pagado el precio, se accede al contacto del vendedor, que envía el vídeo o foto deseado por mensaje privado a través de WeChat -el WhatsApp chino-, listo para colgarlo en las redes sociales y fardar de poder adquisitivo delante de los conocidos.

Caracteres chinos formados por fajos de billetes

Si se quiere ir más allá y conseguir un resultado más realista, se pueden encontrar páginas que no solo venden estos vídeos, sino que los customizan. Uno de los servicios más comunes añade la voz del comprador sobre las imágenes para dar veracidad a la grabación. Otros, más sencillos, editan los datos de fotos de billetes de avión, recibos o cuentas bancarias para añadir nombres, destinos exóticos o sumas de dinero con muchos ceros. Nada mejor para presumir en redes sociales que subir una foto de la carísima cuenta de una cena en un restaurante o del recibo de compra de un bolso de marca.

Pero los hay también que ofrecen vídeos personalizados de pocos segundos grabados en exclusiva para los clientes. Si de mostrar riqueza se trata, estos son, quizá, los más explícitos. Se puede encargar un vídeo con tacos de billetes de cien yuanes formando los caracteres chinos, nombres, formas o palabras que se deseen.

El mianzi o la importancia del éxito

Xiang se dedica a este negocio y afirma que los más populares son los de coches de alta gama. Muchos de los clientes de estos servicios tienen en sus perfiles este tipo de vídeos tomados al volante de deportivos de lujo. “No solo los compra gente que quiere presumir, también personas que tienen negocios y buscan atraer clientes”, asegura.

En China, el dinero es parte importante de las relaciones sociales y demostrar que se tiene éxito ayuda a obtener la confianza y el respeto de los demás. Es lo que se conoce como mianzi, que se puede traducir como honra o reputación, y es algo que más vale conservar si se quiere hacer un negocio o tener muchos amigos.

Además, la tradicional cultura del comercio, unida al boom económico que ha transformado el país en los últimos 30 años, ha producido una fiebre por el dinero rápido y la ostentación desconocida hasta hace poco, promovida a su vez por un gobierno que se mueve entre el fomento del consumo interno en un capitalismo acelerado y los llamamientos a la modestia y la frugalidad propias de un sistema que se dice socialista.

Muchos de los usuarios son dueños de pequeños negocios que quieren incluir el nombre de su empresa en carteles sostenidos por grupos de mujeres con poca ropa o sobre montones de billetes.

Un negocio ilegal

Xiang no tiene reparos en reconocer que obtiene los vídeos de forma ilegal de terceras personas que los cuelgan en las redes, a pesar de que las autoridades chinas intentan luchar contra este tipo de servicios que violan las leyes de propiedad intelectual.

Aquí no solo se venden vídeos que muestran riqueza. El mercado es mucho más amplio y bastante menos divertido. En estas páginas también se pueden obtener vídeos de peleas callejeras, detenciones o prostitución, que también interesan a los usuarios.

Aunque la compra de vídeos falsos no es una práctica ampliamente extendida, cuenta con un buen nicho de ventas entre aquellos ansiosos por fingir no haberse quedado atrás en la vertiginosa carrera del crecimiento chino.