El Reino Unido y la UE reabren las negociaciones del Brexit

  • El principal problema es que el Protocolo de Irlanda del Norte que firmó Johnson es inviable y ha provocado la furia de los unionistas

  • Londres quiere negociar un nuevo acuerdo del Brexit y eliminar el Tribunal de Justicia Europeo como árbitro en disputas fronterizas

  • Bruselas se niega y ofrece reducir el papeleo en un 50% y los controles a productos alimenticios y fitosanitarios en un 80%

Los equipos negociadores europeos británicos y europeos están esta semana en Bruselas negociando el Protocolo de Irlanda del Norte. El ministro británico para el Brexit, Lord David Frost, y el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de las relaciones con Reino Unido, Maros Sefcovic, rompieron el hielo el viernes.

La UE propone reducir el papeleo para los británicos un 50% y los controles a productos alimenticios y fitosanitarios en un 80%. Reino Unido quiere negociar un nuevo acuerdo del Brexit y eliminar el Tribunal de Justicia Europeo como árbitro en caso de disputas fronterizas. Se prevé que sean unas negociaciones largas y duras, como han sido hasta ahora. El objetivo es acabar con las tensiones con los unionistas probritánicos en Irlanda del Norte, muy enfadados por el Protocolo firmado por Boris Johnson con la Unión Europea (UE).

Este Protocolo es un anexo del Tratado de salida del Reino Unido de la UE. Es la solución encontrada por ambas partes para poder llevar a cabo el Brexit radical por el que optó Boris Johnson. Evita, por un lado, la frontera rígida entre Irlanda del Norte y permite que siga habiendo una unidad económica en la isla de Irlanda entre la República de Irlanda (territorio europeo), en el sur, e Irlanda del Norte (territorio británico), en el noreste. Los acuerdos de paz de 1998 entre unionistas-lealistas probritánicos y republicanos proirlandeses pusieron fin a treinta años de conflicto armado. El acuerdo de paz exige que no haya frontera en Irlanda. El Brexit de Johnson implicaba una frontera porque sacaba al Reino Unido de la unión aduanera y del mercado único.

Traición a los unionistas

El Protocolo evita la frontera porque alinea a Irlanda del Norte, en parte, con la UE. Irlanda del Norte sigue en el mercado único y la unión aduanera, mientas que el resto del Reino Unido (Inglaterra, Gales y Escocia, que están en la isla de Gran Bretaña) se queda fuera. Esto significa el traslado de la frontera con la UE a la costa de Irlanda del Norte. O sea, que fija un mercado interior británico y protege el mercado interior europeo. Esto fue lo que acordó Johnson en diciembre de 2019. Hizo esta concesión para poder cerrar el acuerdo del Brexit. Para poder cerrarlo, traicionó a los unionistas norirlandeses, que eran sus socios de gobierno y que se oponían al Protocolo. Johnson lo firmó pese a que perjudicaba los intereses de los unionistas, que no querían ninguna frontera interna en el Reino Unido.

Los problemas en Irlanda del Norte empezaron ya el 1 de enero de 2020, nada más consumarse el Brexit. Primero fueron los unionistas que pintaron grafitis amenazadores contra los irlandeses en los puestos fronterizos. Luego fueron los empresarios que dijeron que el Protocolo firmado era inviable. Luego los disturbios de marzo y abril provocados por jóvenes lealistas-unionistas que dejaron más de cien policías heridos y los principales grupos paramilitares lealistas probritánicos (UVF, UDA y Comando Manos Rojas) que retiraron su apoyo al proceso de paz.

Los problemas de papeleo y controles en la frontera llevaron al Gobierno de Johnson a activar el periodo de gracia de forma unilateral eliminando los controles en la frontera. La UE emprendió acciones legales contra el Reino Unido por no cumplir los acuerdos del Brexit. Esta denuncia ha sido paralizada temporalmente por la UE para evitar que la tensión vaya a más en el territorio.

La propuesta británica

Con este mar de fondo están negociando. La propuesta británica está especificada en un documento presentado por el Gobierno en el Parlamento el 21 de julio. En el documento pide que se elimine cualquier rol que puedan tener las instituciones europeas sobre el Reino Unido, incluido el Tribunal de Justicia Europeo. Pide reescribir grandes partes del Protocolo, incluidos el artículo 5, que cubre los controles del Brexit y los documentos aduaneros, y el artículo 12, que se refiere a la supervisión y cumplimiento de los acuerdos. Y sugiere modificar los artículos 6 y 7 sobre la protección del mercado interno británico. El Gobierno británico se queja de que la participación de la UE en la vigilancia del acuerdo “genera desconfianza y problemas”.

El Reino Unido propone seguir con la implementación parcial del Protocolo, como sucede desde el pasado 1 de enero, a través del período de gracia, activado de forma unilateral por el gobierno británico y ampliado indefinidamente. El gobierno británico exige, además, a la UE que suspenda las acciones legales emprendidas contra el Reino Unido por saltarse los acuerdos. Y que el periodo de gracia no tenga límite ya que considera que el hecho de que sean limitados provoca una crisis tras otra e impiden a ambas partes ir al meollo de la cuestión.

Un nuevo sistema regulatorio dual

También propone la abolición del papeleo aduanero general para los comerciantes que venden desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte. En su lugar, se aplicaría un sistema de “confianza y verificación”, denominado “caja de honestidad”, mediante el cual los comerciantes registrarían sus ventas en un sistema sencillo que permitiría la inspección de sus cadenas de suministro. Esto iría acompañado de una nueva legislación sobre sanciones por incumplimiento del Protocolo.

Y solicita un nuevo sistema regulatorio dual mediante el cual los productos manufacturados o sanitarios o fitosanitario puedan venderse en Irlanda del Norte siempre que cumplan con “las normas del Reino Unido o de la UE determinadas por los reguladores del Reino Unido o de la UE”. Este es un punto muy delicado para la UE. Permitiría al Reino Unido solucionar el problema de que se imponen aranceles a productos europeos vendidos a Irlanda del Norte cuando pasan por Inglaterra o la isla de Gran Bretaña. Pero este punto fue introducido precisamente como protección de la UE para evitar que los productos de calidad inferior ingresen al mercado único por la puerta trasera de Irlanda del Norte.

La respuesta europea

Como respuesta, la UE presentó el 13 de octubre sus propuestas en cuatro campos, identificados como los más conflictivos: asuntos sanitarios y fitosanitarios, aduanas, medicamentos y compromiso para la participación en Irlanda del Norte. “Estas propuestas son nuestra reacción a las dificultades a las que se han enfrentado los habitantes de Irlanda del Norte debido al Brexit y al tipo de Brexit que eligió el gobierno del Reino Unido”, explicó la UE en su documento.

En lo que se refiere a los asuntos sanitarios y fitosanitarios, propone una certificación simplificada y una reducción de los controles oficiales para una gama significativa de productos de venta al por menor. Esto equivale a una reducción del 80% de los controles requeridos en la actualidad. Para proteger la integridad del mercado único, la UE pide una serie de condiciones y salvaguardias, como que el Reino Unido cumpla su compromiso de completar la construcción de puestos de control fronterizos permanentes, embalaje y etiquetado específicos que indiquen que las mercancías se venden solo en el Reino Unido, y un seguimiento reforzado de las cadenas de suministro. Y la creación de un mecanismo de control.

En lo que se refiere a las aduanas, la UE ofrece ampliar el alcance del actual sistema sobre “bienes sin riesgo” de entrar en el mercado único a un grupo más amplio de empresas y productos. También ofrece reducir a la mitad los trámites aduaneros requeridos para estas mercancías.

Garantizar el suministro de medicamentos a largo plazo

En cuanto a los medicamentos, la UE ofrece que las empresas farmacéuticas británicas puedan mantener todas sus funciones reguladoras donde estén al abastecer al mercado de Irlanda del Norte con medicamentos que hayan sido autorizados por el regulador británico de acuerdo con el Protocolo. Así se puede garantizar el suministro a largo plazo y sin interrupciones de medicamentos a Irlanda del Norte. En cuanto al último punto, el de incrementar la participación democrática en la región, la UE propone una serie de medidas para mejorar el intercambio de información con las partes interesadas y las autoridades de Irlanda del Norte con respecto a la aplicación del Protocolo y las medidas pertinentes de la UE.

Este es el punto de partida de las negociaciones que empezaron el viernes. El Reino Unido considera que la UE no va suficientemente lejos. La UE quiere proteger su mercado interior y se niega a renegociar el acuerdo del Brexit de Johnson, que se ha probado que es inviable. “El Protocolo no funciona. Ha perdido completamente el apoyo de una comunidad de Irlanda del Norte [los unionistas]”, dijo Lord Frost en el inicio de las negociaciones. Y no descartó activar el artículo 16 del Protocolo, que permite a cualquiera de las dos partes eliminar todas las medidas en la frontera si estas llevan “a dificultades económicas, sociales y medioambientales que puedan persistir o alterar el comercio”.