‘Secuestro’ hospitalario en China: familias separadas y test anales de Covid

  • El Consulado General de España en Shanghái denunció el 24 de junio que ciudadanos españoles estaban siendo hospitalizados sin motivo

  • Alemania ya presentó quejas en febrero de este año después de que dos ciudadanos fueran sometidos a pruebas “invasivas” durante semanas

  • China hospitaliza a extranjeros que tienen índices altos de anticuerpos tras haber pasado el Covid o estar vacunados

“Ciudadanos extranjeros están siendo hospitalizados, de manera no consensual ni voluntaria, durante 3 o 4 días a su a su llegada a la República Popular de China”. Este aviso publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Embajada de España en Pekín el 24 de junio a través de un comunicado del Consulado en Shanghái es categórico: aquellos españoles que viajen al país y hayan sido vacunados y/o hayan pasado el Covid-19 podrán ser retenidos varios días en un hospital y serán objeto de análisis y pruebas invasivas. Esto sucederá si los niveles de anticuerpos son superiores a una cifra establecida por las autoridades chinas y desconocida por los demás. El riesgo de arbitrariedad es máximo.

Aunque por parte de España la recomendación es my reciente, esta situación catalogada como “sorprendente y poco ética” no es nueva y se está produciendo al menos desde febrero de este año. Alemania lleva meses avisando a sus ciudadanos de las prácticas de China con los residentes que regresan desde el extranjero, y los detalles no son agradables.

Aunque por regla general a los menores de edad se les permite hacer la cuarentena obligatoria de 14 días junto a sus padres, se han producido casos donde a los mayores de 14 años se les ha separado y aislado de manera independiente. Haber sido vacunado o haber pasado el virus meses atrás puede ser objeto de separación de familias durante días o semanas. Además, las exhaustivas pruebas serológicas durante el periodo de hospitalización incluyen análisis de sangre, PCR, resonancias magnéticas de tórax y tests anales, una práctica, ésta última, muy extendida en China.

“La aplicación de tests anales adicionales puede mejorar la tasa de detección de la infección y reducir los diagnósticos erróneos”, declaró Li Tongzeng, director asociado de enfermedades respiratorias e infecciosas del Hospital You'an de Pekín, a la cadena estatal Televisión Central China (CCTV).

Las autoridades españolas, alemanas y la Delegación de la Unión Europea en Pekín están realizando gestiones para que estas prácticas se suspendan, especialmente con ciudadanos extranjeros que aterrizan en China sin estar contagiados y que tienen anticuerpos por haber pasado la enfermedad o por haber sido vacunados. Según informa EFE, podría haberse hospitalizado forzosamente a trece personas en los dos últimos meses, entre los que habría ciudadanos italianos, alemanes, suizos y españoles. Sin embargo, las denuncias de Alemania se llevan produciendo desde el 10 de febrero, cuando el Ministerio de Exteriores endureció su recomendación de no viajar a China después de que al menos dos de sus nacionales pasaran “semanas ingresados en el hospital” a pesar de haberse recuperado del coronavirus con anterioridad, tal y como publicó el periódico, Süddeutsche Zeitung.

“Las medidas aplicadas por China son invasivas e incluyen en parte análisis de sangre diarios y escáneres informáticos”, explicó hace cuatro meses el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán. Se trata del mismo discurso urdido por España hace unos días. En ambos casos, las quejas al respecto han caído en saco roto ante la opacidad que impera en el gigante asiático.

El procedimiento una vez los extranjeros aterrizan en Shanghái

Antes de viajar a China es necesario rellenar un formulario en el que, entre otras cuestiones, se pregunta si la persona ha pasado la enfermedad. Los vuelos internacionales arriban a una terminal distinta a la de los domésticos. Allí les espera un protocolo exhaustivo que comienza con la examinación médica habitual: temperatura corporal y PCR y que prosigue con análisis de sangre. Aquellos viajeros y miembros de la tripulación que tengan resultados negativos y satisfactorios se desplazarán a los lugares de cuarentena (14 días en hoteles y al menos siete días más en sus casas y otros siete de monitoreo sanitario). Aquellos que rellenaron en el formulario, afirmaron que pasaron el Covid y cuyas pruebas den conclusiones consideradas como anormales - niveles elevados de anticuerpos según los baremos chinos- son obligados a firmar documentos sin traducir antes de ser transportados a hospitales designados. Es aquí donde comienza la odisea que tanto preocupa a los residentes extranjeros en China y a las autoridades de sus países.

Son sometidos a todo tipo de pruebas invasivas “durante tres o cuatro días”, según denuncia el Consulado General de España en Shanghái y además deben hacerse cargo de los gastos.

“En el hospital hay que pagar, únicamente por WeChat el papel higiénico, las toallas, cualquier producto sanitario que se necesite, así como el agua embotellada. No aceptan pago en efectivo o con tarjeta de crédito”, reza el comunicado enviado a los alrededor de 5.000 españoles que residen en China.

También se quejan de que la Oficina de Asuntos Exteriores de la Municipalidad de Shanghái no contesta a las reclamaciones “como es habitual” y que “ni las personas ingresadas ni los Consulados Generales en Shanghai han sido informados de esta sorprendente y poco ética práctica ni del nivel de anticuerpos mínimo fijado. Tampoco se sabe cómo seleccionan a dichas personas. El Consulado insta a aquellos que aterricen en Shanghái a que no firmen documentos que no entiendan y que le hagan una foto antes de entregarlos, ya que no recibirán una copia.

Ritmo rápido de vacunación

El ritmo de vacunación está siendo muy rápido en China y a comienzos de junio encadenaron varios días en los que se registraron 20 millones de inoculaciones diarias. Según los últimos datos, un 43 por ciento de la población está vacunada y el objetivo es el de llegar a un 70% u 80% de cara a marzo de 2022, lo que sería un éxito si se tiene en cuenta que el país tiene una población de alrededor de 1.400 millones de habitantes.

A juzgar por la falta de respuestas de las autoridades chinas en relación a las hospitalizaciones forzosas desde el comienzo del año hasta este punto, todo indica que este tipo de prácticas con los extranjeros residentes que regresan al país permanecerán hasta que no se llegue a la inmunidad de rebaño.