Termina el calvario de los cruceros Zaandam y Rotterdam

  • Las embarcaciones llevaban a bordo a más de 200 sospechosos por coronavirus y cuatro muertos

  • Deambularon durante más de 20 días por alta mar, tras ser rechazados por más de una docena de puertos internacionales

  • El gobernador de Florida se resistió a recibirlos hasta que Trump le pidió que resolviera la dramática situación

El calvario para los pasajeros y la tripulación del crucero “Zaandam” y para su gemelo “Rotterdam”, por fin ha terminado.

Tras más de 20 días en alta mar navegando sin rumbo, con cuatro personas fallecidas a bordo, cerca de 200 pasajeros enfermos con sospecha de cononavirus, y habiendo sido rechazados en más de una docena de puertos, han sido recibidos en Fort Lauderdale, Florida, a 50 kilómetros de Miami.

Los pasajeros confinados en sus camarotes con vistas al mar, aplaudían y saludaban a la gente que los esperaba en tierra.

Autorizados en el último momento

El “Zaandam” y el “Rotterdam” acaban de recibir la autorización que permitía que ambos barcos fueran admitidos, atendiendo a la llamada que el presidente Donald Trump hizo al gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien inicialmente no quería asumir la asistencia de las embarcaciones.

“Me habían dicho que en estos barcos había solo extranjeros sin conexión con Florida. Entonces yo pensaba, ¿por qué los quieren traer a Florida?”, argumentó el gobernante republicano el miércoles de noche.

“Pero resulta que hay ciudadanos estadounidenses allí y que de hecho algunos son de Florida”, añadió, para justificar el cambio de decisión.

DeSantis no quería que los turistas de otras nacionalidades agotaran los recursos médicos con los que cuenta Florida para afrontar la pandemia del coronavirus.

La polémica estaba servida: tal y como había sucedido en los otros puertos, a un lado se encontraban los no querían nuevos infectados en tierra; al otro, quienes atendían la llamada de socorro de los pasajeros, que desde hace días, venían relatando en las redes sociales el calvario que estaban viviendo.

Operación desembarco

Al llegar a Fort Lauderdale, entre los dos barcos sumaban a bordo más de 2.500 personas, con 311 pasajeros ciudadanos norteamericanos, de los cuales 52 son residentes de la Florida.

La operación fue llevada a cabo por un comando unificado integrado por la Dirección del Puerto de Everglades, el Servicio de Guardacostas , la Policía del condado Broward, el Departamento de Protección de Fronteras y el Departamento de Salud de Florida.

Una larga fila de ambulancias asistidas por varios equipos de especialistas sanitarios, esperaban en tierra para recibir a los nuevos pacientes.

En el desembarco se ha dado prioridad a una decena de pasajeros, los enfermos más graves, que serán atendidos en centros hospitalarios de Florida, mientras otros con síntomas de gripe, a falta de confirmar el posible diagnóstico por coronavirus, se tendrán que quedar en el barco atendidos por personal médico de la naviera.

El gobernador DeSantis, confirmó en rueda de prensa que los pasajeros que no son ciudadanos americanos, cogerán vuelos charters para regresar a sus países.

Unas vacaciones por la Patagonia convertidas en una pesadilla

La embarcación “Zaandam”, perteneciente a la compañía Holland America, comenzó su travesía en Argentina el pasado 7 de marzo, un día antes de que el Centro de Control de Enfermedades y Prevención de EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés), advirtiera a la población que debían evitar los viajes en cruceros.

Su ruta inicial los conduciría hasta Montevideo, Ushuaia, Cabo de Hornos y Punta Arena, para terminar en San Antonio (Chile), el 21 de marzo. Pero lo que se adivinaba como viaje de ensueño por la Patagonia, en cuestión de días se vio completamente frustrado.

Cuando comenzaron a conocerse los primeros casos de afectados por coronavirus en Sudamérica, ya convertido en una epidemia global, la compañía Holland America decidió dar por terminado el viaje. “Nadie ha estado fuera del barco desde el 14 de marzo en Punta Arenas, Chile”, se podía leer en el diario oficial del crucero que la compañía mostraba en su web oficial.

Los primeros síntomas gripales

Una semana después comenzaron a llegar al centro médico del barco los primeros pasajeros con síntomas gripales. Ante la posibilidad de que estuvieran contagiados por coronavirus, como medida de prevención, se pidió a todos los turistas “que se autoaislaran en sus camarotes y tomaran las medidas apropiadas en coordinación con el CDC”, les comunicó la compañía estadounidense de cruceros.

Rechazado en una docena de puertos de Latinoamérica

Mientras el número de afectados por coronavirus iba incrementando a nivel mundial, el “Zaandam” deambulaba por las aguas del Pacífico a la espera de ser recibido en algún destino.

Los pasajeros estaban aislados pero el número de enfermos con síntomas de gripe parecidos a los del coronavirus iba aumentando rápidamente. Sin embargo, abordo no había ningún test de prueba que lo corroborara. La situación cada vez se hacía más preocupante y angustiosa.

El 22 de marzo, la compañía naviera confirmaba en su cuenta de Twitter los primeros enfermos: 13 pasajeros y 29 tripulantes.

Hasta una docena de puertos de Sudamérica le denegaron la admisión

La llegada de tantos pasajeros de otras nacionalidades -posiblemente contagiados por el coronavirus-, junto con la escasez de recursos sanitarios para atender a sus poblaciones, terminaban siempre sopesando sobre todos los argumentos relacionados con la ayuda humanitaria. Sólo hubo una excepción: Panamá les autorizó a cruzar su Canal para poner rumbo a Florida, con la esperanza de que allí les dejaran desembarcar.

"Intentamos que el miedo no nos supere"

Las peores noticias a llegaron cuando la compañía de crucero Holland América, confirmaba la muerte de 4 personas de edad avanzada. Además, otras dos personas con problemas respiratorios fueron evaluadas y diagnosticadas con coronavirus.

Para asistirlos en medio del Pacífico, otro crucero gemelo, el “Rotterdam”, zarpó de Estados Unidos, para navegar hasta ellos. Una vez anclado junto al buque, podrían realizar las operaciones de barco a barco.

“Estamos todos encerrados en nuestros camarotes. A los ‘sanos’ los van a llevar al otro barco que llegó a traernos víveres. Aunque sólo les controlan la fiebre. No sabemos nada de lo que está pasando afuera más que eso. Nos tienen incomunicados. Esta mañana nos informaron que había cuatro muertos y nos confirmaron que había coronavirus en el barco”, relataba acongojado un pasajero argentino.

“Intentamos que el miedo no nos supere, pero estamos asustados por la situación, es muy difícil”, dijo otro turista.

Tierra a la vista

Los días fueron pasando y las súplicas de los tripulantes y pasajeros no terminaban de ser atendidas. En sus testimonios, algunos contaban cómo desesperados daban vueltas en sus pequeños camarotes, muchos de ellos sin ventana, para aliviar la ansiedad. También a muchos les faltaba el aire fresco tras días y días encerrados sin ver el cielo.

Las más de 1.800 personas que embarcaron en el “Zaandam” aquel 7 de marzo, augurando unas vacaciones de relax y disfrute, nunca podrían haber imaginado la terrible pesadilla que vivirían.

El final, no es feliz. Cuatro personas han perdido la vida, otras 10 se encuentran en estado de gravedad y todavía quedan por confirmar más de 200 casos posibles de coronavirus.

Aun así, un pasajero al ver tierra a la vista, dijo, “¡Florida nunca lució tan bien!”