¿Virus? ¿Qué virus? En Miami, la fiesta empezó hace mucho tiempo…

  • “El mejor sitio para pasar la pandemia es Miami”, afirma una neoyorquina que se mudó a Florida

  • “Más que una recuperación estamos viviendo un `boom´", señala el propietario de un restaurante español en Miami

  • La última fase de reapertura en el estado del sol se inició a finales de septiembre

Miami está abierta de par en par. Cualquiera que pasee por sus calles más turísticas, bien podría pensar que la pandemia nunca pasó por allí o que forma parte de la historia. Y no es que no se vean máscaras cubriendo los rostros de los transeúntes, todavía se ven algunas, pero cada vez menos. ¿Virus? ¿Qué virus? En Florida y muy especialmente en la Ciudad del Sol, la fiesta empezó hace ya tiempo…

“El mejor sitio para pasar la pandemia es sin duda Florida y en particular, Miami”, asegura a NIUS Christine Jackson, diseñadora gráfica neoyorquina que se mudó hace apenas dos meses de su estado natal al sur del país, en busca de una mejor calidad de vida en época de Covid-19. “Esto no tiene nada que ver, la temperatura por supuesto hace mucho, pero puedes salir a restaurantes, pasear por la playa, ir al cine… hay que tener cuidado, por supuesto, pero es otro mundo, es una suerte estar aquí”, dice convencida la joven estadounidense.

La última fase de reapertura se inició en septiembre de 2020

Cierto es que hubo una etapa en que las cálidas playas de South Beach cerraron al público, al igual que lo hicieron los negocios y centros de actividades no esenciales. Las discotecas se vaciaron, el bullicio de la gente en los restaurantes se terminó, y los visitantes ya no paseaban por Ocean Drive en sus llamativos cochazos de alquiler. También el papel higiénico se acabó en los supermercados, Walt Disney y Universal dejaron de vender entradas para sus atracciones, y los cruceros cancelaron sus idílicas travesías tras las dramáticas experiencias de contagio en los barcos gigantes. Todo eso pasó, y mucho más.

Pero el estado del sureste estadounidense, en general, ha vivido una pandemia con unas medidas muchísimo más flexibles que en otros estados, y por supuesto, ni de lejos comparadas con las restricciones impuestas en España y el resto de Europa.

Florida no está libre de Covid. Por el contrario, se posiciona como el tercer estado con más casos registrados en Estados Unidos con cerca de dos millones de contagios por detrás de California y Texas. En cuanto al número de fallecidos, Florida ocupa la cuarta posición con más de 32.450 muertos, en una lista encabezada por California, Nueva York y Texas.

“En el restaurante estamos facturando un 30% más que antes de la pandemia”

Pero el estado de los Everglades reabrió meses antes de que lo hiciera gran parte del resto de la nación. Si bien Nueva Orleans apenas comenzó con sus espectáculos de música en directo hace unos días, y los cines de California se están preparando para que sus salas empiecen a ocuparse, en Miami, los hoteles cuelgan el cartel de “completo”, los atascos han vuelto a las carreteras, los amantes de las vacaciones de la primavera acuden en masa a las playas a lucir sus cuerpos al sol, y los restaurantes están llenos.

“Más que una recuperación esto está siendo un `boom´, estamos viendo los mejores datos de los últimos años”, cuenta a NIUS el español Manuel Suárez-Inclán, propietario del restaurante Barceloneta en South Beach, quien sorprendido, reconoce que “estamos facturando un 30% más que antes de la pandemia”.

Los extraordinarios datos a los que se refiere el empresario madrileño comenzaron a cambiar a principios de otoño del año pasado, cuando el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dio la orden para que Florida comenzara su Fase 3 de reapertura: “En julio y agosto sólo podíamos atender en terraza, y a partir de septiembre, cuando los clientes ya podían estar en el interior del restaurante, al 50% de capacidad del local, se empezó a notar el cambio. Octubre, ya fue mejor que en los últimos años, y diciembre explotó”, señala Suárez-Inclán.

El restaurante Barceloneta recibe desde hace 10 años una fiel clientela que abarca, además de turistas, sobre todo residentes locales, siendo además un punto de encuentro habitual entre españoles que siguen degustando las tapas más sabrosas de España. En este sentido, su propietario también ha notado un cambio: “Por un lado, han venido muchas personas de fuera huyendo del frío para tomarse un respiro por el confinamiento, porque si querías ir a cenar a un restaurante, no había muchas opciones para viajar, y Florida te daba esa opción. Y por otro, también se ha mudado mucha gente de Nueva York y otros estados, gente con muy buen poder adquisitivo, y eso también se está reflejando en el día a día. Si los fines de semana siempre ha estado lleno el restaurante, ahora, entre semana, estoy vendiendo el doble que antes de la pandemia”.

Suárez-Inclán, al igual que muchos hosteleros que están experimentando el cambio en el mercado, considera que la reapertura progresiva de los centros de restauración les ha brindado la oportunidad de salir adelante: “Empezamos a abrir paulatinamente, primero con el toque de queda a las 10 de la noche, luego a las 11, y desde diciembre hasta todavía hoy, los restaurantes tenemos que estar ya cerrados a las 12 de la noche”.

Las agencias ofrecen paquetes vacacionales irresistibles

En efecto, el toque de queda en South Beach, el enclave más turístico de Miami, permite a los ciudadanos y turistas extender su actividad lúdica hasta la media noche, aunque la fiesta en algunos locales se prolonga hasta bien avanzada la madrugada. Esto es algo que lleva sucediendo desde hace meses y que, durante las fiestas de la primavera de los estudiantes universitarios, conocidas como spring break, se ha hecho mucho más evidente.

Algunos jóvenes no están dispuestos a sacrificar la “juerga” nocturna de ninguna de las maneras: "No voy a dejar que el coronavirus me impida ir de fiesta", se reafirma una estudiante procedente de Toronto que ha viajado a Florida para pasar unos días de vacaciones.

No obstante, cuando se trata de divertirse, los jóvenes turistas han aprovechado tanto la noche como el día, al punto de que, en el popular paseo de Ocean Drive y alrededores, se ha visto a tanta gente concentrada, paseando, formando largas colas para entrar en los bares, e incluso bailando y cantando en la calle como si de una discoteca al aire libre se tratara, que las autoridades se han visto obligadas a limitar más aún los horarios ante el descontrol suscitado, además de varios disturbios y altercados que han terminado con la detención de cientos de personas.

"Vienen demasiados visitantes a Miami Beach sin la intención de seguir las reglas, y el resultado ha sido un nivel de caos y desorden mayor de lo que podemos soportar. Es una situación que no podemos manejar", ha declarado este fin de semana el alcalde de South Beach, Da Gelber durante una conferencia de prensa.

Además, las opciones para la “fiesta” son, como poco, tentadoras. Para los estadounidenses que quieran cambiar de ambiente, aunque sea sólo por un fin de semana, las agencias de viajes ofrecen paquetes más que atractivos para pasar unos días bajo el calor del sol.

“Encontramos unos billetes de avión de ida y vuelta por 96 dólares, y alquilamos por Airbnb un apartamento muy barato, ¡era una oportunidad increíble!”, ha dicho Christine Gordon, de 22 años. “Después de un año completo, sólo necesitaba escaparme”, afirma la estudiante de último curso de la universidad.

Ron DeSantis: “(En Florida) puedes vivir como un ser humano, no estás encerrado”

La manera en que Florida está siendo conducida durante la pandemia, ha sido motivo de debate entre los residentes, y también entre sus políticos, como cuando el gobernador DeSantis, al comienzo de la última fase de reapertura a finales de septiembre, firmó una orden ejecutiva que prohibía que las órdenes de emergencia locales de Covid-19 redujeran la capacidad de los bares por debajo del 50%, excepto en particulares excepciones. El uso de la máscara, por otro lado, nunca ha sido impuesta como un mandato.

“En las últimas semanas se ve que la gente está más relajada y tienes que recordar a los clientes que se pongan la mascarilla”, señala el propietario de Barceloneta, Suárez-Inclán. “Nosotros, en cualquier caso, mantenemos las normas para evitar los contagios de coronavirus”.

Lo cierto es que el mercado inmobiliario está en auge en Florida, donde, por otro lado, la tasa de paro es del 5,1%, en comparación con el 9,3% de California, el 8,7% de Nueva York o el 6,9% de Texas.

“Puedes vivir como un ser humano, no estás encerrado. La gente no es miserable", ha declarado Ron DeSantis, mientras destaca que el estado que gobierna está al alza respecto de California o Nueva York.

La curva del índice de contagios y muertes en Florida, está en descenso desde que en enero alcanzó su punto más álgido. No obstante, su gráfica fluctúa en ocasiones en ascenso, como lo hizo hace dos semanas cuando en Miami Dade surgió uno de los brotes más graves del país con un promedio de 1.000 nuevos casos al día. A esto, hay que añadir que en Florida está apareciendo una alta concentración de la variante del Covid-10 procedente de Reino Unido.

Aun así, en las últimas semanas el número de casos y hospitalizaciones en la mayor parte del estado ha disminuido; la tasa de mortalidad no es peor que el promedio nacional, e incluso es mejor que la de otros estados que han impuesto más restricciones, a pesar del elevado número de jubilados, turistas y jóvenes dispuestos a darlo todo por la fiesta.

“La gente de aquí ha podido trabajar. Los niños han podido ir al colegio desde octubre”, valora la neoyorquina Jackson. “Florida arrastra una reputación de que todo vale y puede parecer una locura, pero prefiero estar aquí que en California, Nueva York o Chicago".

Florida, un experimento de alto riesgo

Tal vez el número de defunciones y contagios que registra Florida no sea mayor del que se conoce, porque parte de esos posibles casos afecten a turistas que se pasean por la ciudad como si el Covid no existiera, y sean contabilizados en sus estados de residencia al terminar sus vacaciones. O puede que Florida dentro de todo, esté teniendo “cierta suerte” ya que podría ser peor, aunque un tercer y cuarto puesto en el ranking de estados más afectados del país, no es precisamente una razón para presumir.

Para bien o para mal, el experimento de Florida para volver al día a día como el que conocíamos antes de la pandemia, es una muestra de lo que se verá en otros estados a medida que sigan avanzando en las fases de reapertura. Y también será un punto de análisis para conocer el precio que el coronavirus se cobró, aunque para muchos esto no tenga ni media discusión.