Síndrome de abstinencia en la lotería: señales de que tienes un problema con este tipo de apuestas

El síndrome de abstinencia asociado a la lotería comparte características con el de otras adicciones
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Comprar un décimo, rascar un boleto o probar suerte en la Primitiva parece un gesto inofensivo, casi ritual. Pero para algunas personas, la lotería deja de ser entretenimiento y se convierte en un problema que impacta su salud mental, su economía y sus relaciones. Lo que pocos saben es que el síndrome de abstinencia asociado a la lotería comparte características con el de otras adicciones, como podrían ser la del alcohol o el juego online.
Según la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), cerca del 1,5% de la población española padece ludopatía y otro 3-4% está en riesgo de desarrollarla. Y sí, la lotería está incluida dentro de las formas de juego problemático, aunque su percepción social sea mucho más benigna que la de las apuestas deportivas o los casinos online.
Cuando la tradición se convierte en dependencia
A diferencia del juego digital, que engancha por su inmediatez, la adicción a la lotería es más sutil. Pero funciona bajo los mismos mecanismos neurológicos: el circuito de recompensa. Cada vez que alguien compra un boleto, activa una descarga de dopamina vinculada a la expectativa de ganar. Si esa expectativa se convierte en necesidad emocional, siendo una vía para aliviar estrés, ansiedad o problemas personales, no tarda en aparecer la dependencia psicológica.
El síndrome de abstinencia se manifiesta cuando la persona intenta dejar de jugar y experimenta síntomas como nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, insomnio o pensamientos obsesivos sobre el sorteo que se ha perdido. Según la Clínica Mayo, estos síntomas son equivalentes a los de cualquier adicción conductual.
Los afectados suelen racionalizar su comportamiento: “No es un problema, solo juego a la lotería, como todo el mundo”. Pero detrás de esa normalización puede esconderse una compulsión: comprar décimos todos los meses, rascar boletos cada día o perseguir series y números hasta convertirlo en una obsesión.
Señales de que la lotería te controla (y no al revés)
Los expertos coinciden en varios síntomas claros de que existe un problema con este tipo de apuestas:
- Pérdida de control: comprar boletos de forma compulsiva, más allá de lo que se había planeado.
- Síndrome de abstinencia emocional: malestar cuando no se puede jugar, sensación de vacío, ansiedad o enfado.
- Autoengaño constante: justificar la compra con frases como “Es solo un euro”, “Por si acaso” o “Hoy me toca seguro”.
- Aislamiento y deterioro social o económico: gastar dinero reservado para otras necesidades o esconder el hábito a la familia.
- Jugar para aliviar estados emocionales negativos: tristeza, estrés, aburrimiento o soledad.
La psicóloga especializada en adicciones Laura González alerta de que “la lotería es la puerta de entrada a la ludopatía normalizada. Muchas personas empiezan aquí y no se dan cuenta de que ya no juegan por ilusión, sino por necesidad”.
Salir del bucle: herramientas para recuperar el control
La buena noticia es que la adicción a la lotería es tratable. La terapia cognitivo-conductual, según recoge la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica, es la más eficaz: permite desmontar las creencias erróneas, como la falsa probabilidad de ganar, y construir estrategias para manejar el impulso. Además, existen recursos gratuitos como Jugadores Anónimos, FEJAR o asociaciones provinciales, donde los afectados encuentran apoyo, herramientas y comunidad.
Los especialistas también recomiendan prácticas complementarias: técnicas de manejo del estrés, mejora de la salud emocional, educación financiera y, sobre todo, normalizar el descanso del juego, rompiendo la falsa creencia de que “si no juegas, pierdes la oportunidad de tu vida”. En realidad, no jugar es ganar tranquilidad, salud y control.