Sorteos internacionales: cómo participar y qué diferencias hay con los nacionales
El precio de la ignorancia en este contexto puede traducirse en premios imposibles de cobrar o en vulneraciones normativas
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Ir más allá de las fronteras nacionales para participar en los sorteos disponibles de forma internacional es una situación que plantea una serie de interrogantes prácticos y legales. Y es que la diferencia se queda únicamente en el idioma o los premios, sino que también hay que conocer la arquitectura legal, la seguridad y no viene nada mal conocer la experiencia de otros usuarios. A través de plataformas como TheLotter, o incluso en las loterías oficiales europeas o sorteos estadounidenses, el abanico de posibilidades es amplio, y el precio de la ignorancia del contexto puede traducirse en premios imposibles de cobrar o en vulneraciones normativas.
Participando en sorteos de otro país
Participar en sorteos internacionales, como puede ser el Powerball, Mega Millions o Euromillones, es posible desde España, aunque implica mecanismos y restricciones concretas. Plataformas como TheLotter funcionan como una suerte de intermediarios autorizados, ya que compran físicamente los boletos en el país correspondiente y envían al usuario un escaneo del cupón. Esta vía resulta de lo más cómoda, pero se debe ser consciente de que se trata de un servicio privado, por lo que no se adquiere un boleto oficial, sino un documento representativo. En Europa, el sorteo de los Euromillones permite jugar de forma directa en varios países, con reglas unificadas, costes reducidos (2,50 €/apuesta) y un premio gordo compartido para todos los países.
En contraposición, para participar en la Lotería Nacional española desde el extranjero existen cauces oficiales: ya sea a través de administraciones autorizadas como SELAE que gestionan envíos o mediante terceros colaboradores declarados (como con la Lotería de Navidad). El sistema garantiza la adquisición del décimo y el cobro de premios, pero también demanda cumplir requisitos fiscales y legales. Además, para cobrar los premios hay que personarse en administraciones o bancos autorizados, por lo que en muchos casos se requeriría viajar a territorio nacional para poder llevarse el premio a casa.
Seguridad jurídica y fiscalidad
Una diferencia esencial entre loterías nacionales e internacionales es la seguridad jurídica en el cobro, así como la transparencia fiscal. En España, SELAE asegura certificación estatal, garantías de pago y procedimientos claros para premios superiores a 40.000 €, incluyendo las retenciones automáticas del 20% sobre el excedente de esa cantidad. Más aún, la DGOJ advierte sobre plataformas privadas no supervisadas que podrían simular sorteos sin tener un respaldo legal, con lo que los usuarios se estarían exponiendo a posibles fraudes.
En sorteos en el extranjero, como los estadounidenses Powerball o Mega Millions, aunque resultan accesibles a través de intermediarios, sí que es cierto que suponen retos fiscales más complejos, ya que sus premios pueden estar sujetos a impuestos federales (que van del 24–30%) y posibles gravámenes estatales, que dependen de la residencia del comprador. El beneficiario internacional debe tener en cuenta que se podría realizar una retención doble, es decir tanto en origen, como en destino, y debe estar informados sobre países con acuerdos de doble imposición.
Riesgos y oportunidades en la era digital
El auge de servicios digitales plantea riesgos y oportunidades. Mientras plataformas como TheLotter y otras democratizan el acceso a estos sorteos, también canalizan dinero fuera de los sistemas públicos nacionales. La Asociación DEDIT ha pedido al Gobierno una reforma normativa que combine transparencia, control y protección del canal tradicional. Además, la ciberseguridad emerge como eje crítico: la infraestructura digital de loterías debe blindarse contra amenazas y fraudes—tanto en venta como premial.
De esta forma, es posible participar en sorteos internacionales. Sin embargo, hacerlo tambi én implica lidiar con una fiscalidad mucho más compleja, seguridad jurídica incierta y escenarios poco regulados. Los sorteos nacionales españoles ofrecen certeza, respaldo institucional y receptividad legal y fiscal. La opción internacional exige prudencia: revisar su legalidad, entender la estructura de premios, asegurarse de la procedencia oficial y protegerse frente a fraudes. Sólo así se conjuga la emoción de lo global con la solidez de lo nacional.