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Los cambios en la tasa de basuras en Madrid para 2026: el número de empadronados por vivienda influirá

El modelo vigente se basa en una estructura que combina una parte fija y otra variable. Pixabay
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Durante los últimos meses, el Ayuntamiento de Madrid ha trabajado en una revisión profunda del modelo de las tasas de basura aplicado desde 2023.

El objetivo es ajustarlo a las obligaciones legales en materia de gestión de residuos. Y, al mismo tiempo, responder a las críticas de vecinos, asociaciones y grupos políticos.

El nuevo esquema, previsto para entrar en vigor el 1 de enero de 2026, introduce un elemento que transformará la forma de calcular el recibo: el número de personas empadronadas en cada vivienda.

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Un cambio marcado por Europa y por los vecinos

Este cambio llega en un contexto en el que las administraciones locales deben adaptarse a directivas europeas que exigen que los sistemas de pago reflejen criterios de generación real y niveles de separación, algo que ya se viene aplicando en numerosos países.

La creciente demanda energética del continente, derivada en parte de la estrategia para reducir la dependencia del petróleo vinculado a proveedores externos, está contribuyendo al refuerzo de políticas medioambientales más estrictas.

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Aunque este factor no está directamente relacionado con el cálculo del recibo, sí ha acelerado la presión comunitaria sobre la gestión sostenible de residuos, lo que influye en la configuración de tasas municipales.

Cómo funciona actualmente la tasa aplicada en Madrid

El modelo vigente se basa en una estructura que combina una parte fija y otra variable.

  • Parte fija. Depende del valor catastral del inmueble y representa la mayor carga del recibo.
  • Parte variable. Se ajusta en función de dos parámetros, la cantidad media de residuos generados en el barrio donde se ubica la vivienda y el nivel de separación alcanzado por cada zona.

Este sistema pretende premiar a los hogares que reciclan correctamente y penalizar a aquellos que presentan peores índices de separación.

La fórmula actual se articula a partir de una tarifa básica a la que se suma un importe determinado por la generación media de residuos y un coeficiente que modifica el resultado según la calidad del reciclaje.

Este coeficiente otorga un mayor peso al comportamiento sostenible y permite que barrios con niveles de separación superiores al 90% reduzcan significativamente el pago.

El objetivo es acercar Madrid a los estándares europeos de tratamiento de residuos, que exigen porcentajes elevados de reciclaje y menor dependencia del vertedero.

Qué ha motivado la revisión de la tasa de basuras de Madrid para 2026

Las diferencias entre viviendas unipersonales, hogares numerosos y pisos compartidos han generado un debate sobre la equidad del sistema actual de la tasa de basuras.

Muchos vecinos argumentan que el recibo no refleja de forma proporcional el uso real del servicio, especialmente en zonas donde conviven viviendas con alta ocupación y otras con solo uno o dos residentes. De ahí surge la introducción de un nuevo criterio: el número de empadronados.

El Ayuntamiento sostiene que este ajuste permite avanzar hacia un modelo más equilibrado y evitar que inmuebles con distintas realidades afronten pagos similares pese a que su volumen de residuos es muy diferente.

Al mismo tiempo, el consistorio defiende que la presencia de más habitantes en una vivienda se asocia, en la mayoría de los casos, a un mayor uso de los servicios municipales de recogida.

Qué incorpora el sistema previsto para 2026

Con la inclusión del número de empadronados, la tasa pasará a calcularse considerando una escala de diez tramos según la ocupación del inmueble.

Cada tramo ajustará la parte variable del recibo, de forma que la aportación de los hogares con mayor número de residentes será más elevada.

El Ayuntamiento ha señalado que esta medida pretende incentivar el reciclaje en viviendas con más actividad diaria, donde la generación de residuos suele ser significativamente mayor.

Las viviendas desocupadas solo abonarán la parte fija, siempre que acrediten anualmente su situación.

Continuarán vigentes las exenciones aplicadas a quienes reciben prestaciones mínimas y las bonificaciones para familias numerosas, así como la posibilidad de fraccionar el pago en varios plazos con un pequeño descuento por domiciliación anticipada.

Y no estarán sujetos trasteros, garajes, solares ni inmuebles en ruinas, manteniéndose así la estructura de exenciones tradicional.