Nueva tasa de alcoholemia, nuevas multas: así castigará la DGT conducir bajo los efectos del alcohol

Si bebes, no conduzcas
Si bebes, no conduzcasFreepik
  • La propuesta del PSOE y la Dirección General de Tráfico ha salido adelante y rebaja la tasa de alcoholemia más de la mitad en la búsqueda del "cero alcohol al volante".

  • La medida todavía no ha entrado en vigor: tras haber superado la votación en el Congreso entra en fase de enmiendas a la totalidad y al articulado.

  • Nuevo alcoholímetro de la DGT: adiós al soplar en los controles de alcoholemia

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El pasado 18 de marzo se aprobó en el Congreso de los Diputados una propuesta de ley sobre la reducción de la tasa máxima de alcohol al volante que tenía a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, junto con Pere Navarro, director general de la DGT, como principales impulsores. Este texto salió adelante a propuesta del PSOE y contó solamente con 32 votos en contra (VOX) y 135 abstenciones (PP), por lo que los niveles de alcohol permitido al volante serán modificados en la Ley sobre Tráfico Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial en el apartado de la alcoholemia.

La DGT busca lo más cercano a alcohol cero al volante

Pere Navarro y su equipo de la Dirección General de Tráfico lo han repetido en numerosas ocasiones: solo la ausencia de alcohol en el organismo de los conductores es verdaderamente segura. De momento no se ha prohibido completamente consumir alcohol antes de conducir, pero los nuevos niveles permitidos de alcoholemia están cada vez más cerca de convertir en imperativo legal la recomendación de “si bebes, no conduzcas”. Una que, por cierto, ya nos decía Stevie Wonder hace 40 años.

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Hay que tener en cuenta que la presencia de alcohol es todavía bastante elevada en el caso de los accidentes mortales y que en los últimos años su presencia se ha multiplicado, lejos de que la pedagogía en seguridad vial sobre los efectos del alcohol al volante haya servido para que los conductores españoles tomen conciencia. Según datos de autopsias aportados por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), entre los conductores fallecidos por siniestros de tráfico en 2023 (último año con datos completos), uno de cada tres conductores fallecidos en accidentes de tráfico tenía alcohol en el cuerpo. Este preocupante 33% lo es todavía más si tenemos en cuenta que los datos de 2018 eran del 26%, por lo que hemos ido hacia atrás a este respecto. No solamente esto aplica a conductores, sino que, en cuanto a los peatones fallecidos en 2023, el 29% dio positivo, lo que supone casi el doble que en 2018 (16%).

Desde 2018, los resultados de las pruebas de alcoholemia realizadas de forma aleatoria, muestran que en torno al 4% de los conductores consume alcohol. Aunque pueda parecer un porcentaje no muy alarmante, tal y como apunta el doctor Julio Pérez, asesor médico del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, “el alcohol está presente en un porcentaje bajo de población conductora. Pero de esos pocos se matan muchos”.

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De esta forma, para tratar de aproximarse lo máximo posible al 0,0% de alcoholemia al volante, los nuevos límites rebajan la tasa máxima de alcoholemia para conductores de 0,5 gramos por litro (g/l) de sangre a 0,2 g/l (0,10 (0,25 mg/l en aire espirado). “Con esta disminución de la tasa de alcoholemia máxima legal permitida se espera reducir el porcentaje de conductores que se ponen al volante tras haber consumido alcohol y con ello los siniestros asociados. El impacto se espera no sólo en el intervalo de tasas 0,2-0,5 g/l, sino también en valores superiores. En Suecia y Noruega, dos países de referencia, se observó una reducción significativa de la siniestralidad tras implantar la tasa de 0,2 g/l”, afirma Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT.

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Con estos nuevos valores, la Dirección General de Tráfico ataca específicamente el periodo de inicio del riesgo, donde comienzan a verse mermadas las capacidades de conducción, con ejemplos como aumento en el tiempo de reacción, infravaloración de la velocidad, problemas de coordinación, mayor tolerancia al riesgo, deterioro del movimiento ocular y primeros fallos en las tomas de decisiones.

También se castigará más avisar de los controles

En el mismo texto legal sobre esta modificación de la ley también se ha incluido un apartado específico para sancionar a aquellos que avisen de la ubicación de los controles de alcoholemia, haciendo que merme su efectividad ya que aquellos conductores con unas copas de más pueden tener medios para buscar una ruta alternativa y saltárselos, haciendo que el peligro para el resto de conductores siga circulando.

Actualmente este supuesto ya estaba reflejado en la legislación, pero se endurece hasta el punto de que avisar a otros conductores de la presencia de controles móviles de detección de alcohol y drogas será considerado un delito contra la seguridad vial, con penas incluso de prisión. Con la legislación actual, la sanción es desde 500 euros de multa y pérdida de 4 puntos del carnet de conducir. Con la nueva norma, sube hasta los 1.000 euros como punto de partida para la multa y una sustracción de 6 puntos del permiso de conducción.