La senda de los mil colores: la ruta por el bosque de Salamanca

Los bosques de Salamanca con más bellos en otoño e invierno
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MadridCada época del año tiene unas características propias y el otoño y comienzos del invierno es ideal para algunos paisajes de la naturaleza porque potencia los colores y olores que podemos encontrar. Si la primavera nos regala los colores más vivos, las flores y el nacimiento de algo nuevo, el otoño nos invita a soñar con las tonalidades doradas y rojas de las hojas que amenazan con caer. 

Aprovechar esta época para disfrutar de la naturaleza es todo un acierto, siempre que lo hagamos con la ropa y el calzado adecuado, preparados por si el tiempo cambia y por el camino nos sorprende un chaparrón. Quienes viajen a Salamanca seguro que están dispuestos a arriesgarse a estos cambios por poder disfrutar de todo lo que les ofrece la senda de los mil colores, una ruta circular, sencilla y para toda la familia. 

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La senda de los mil colores: la ruta por el bosque de Salamanca

Al sur de Salamanca se encuentra el Parque Natural de Las Batuecas, un espacio protegido donde se encuentra la Senda de los mil colores, un recorrido donde la naturaleza regala una de sus mejores visiones al visitante, que puede descubrir todos sus misterios. Este sendero circular por la Sierra de Francia está considerado uno de los más bonitos de España gracias a los paisajes multicolor a los que debe su nombre.

Entre los municipios de Cepeda y Madroñal se encuentra esta ruta circular, lo que quiere decir que el camino termina donde empieza, por lo que no es necesario desandar nada y durante todo el recorrido el espectáculo que ofrece la naturaleza es nuevo y diferente. Es una ruta sencilla, a la que han asociado marcas de color amarillo y blanco, señales que corresponden a senderos de pequeño recorrido, que se hacen en menos de una jornada. En este caso son unos 11 kilómetros, por lo que a una velocidad normal podría realizarse en unas cuatro horas. 

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Es una ruta ideal para toda la familia, que por su circularidad permite empezar por cualquiera de los puntos que atraviesa, lo que hace que se pueda disfrutar todavía más de los pueblos que encontramos, además de la naturaleza, que es su principal atractivo. De esta forma, además, se puede conocer también la gastronomía de la zona. Las edificaciones de los pueblos se extienden por otros puntos del camino, con puentes, fuentes y otras construcciones llenas de encanto. 

No obstante, es la magia de su ambiente la que seduce al visitante, sus bosques y veredas, cómo la mano del hombre apenas ha podido apagar la belleza de la naturaleza, que se extiende imponente, presumiendo de sus colores, sobre todo con la luz de esta época. Robles, castaños, acebos, madroños… la flora de su paisaje parece no tener fin, una excursión que invita a dejar los problemas fuera de este lugar, a caminar con respeto y de manera solemne por sus caminos, haciendo que la presencia de los senderistas no rompa la magia del momento y el lugar.