Un menor de cuatro años ha muerto este lunes en Gijón tras ser encontrado flotando en una piscina privada de la parroquia de Cabueñes en Gijón, según ha confirmado Europa Press.
Según las mismas fuentes, a las 15.30 horas llamaron a una ambulancia a la casa donde se alojaba con el padre. En el acto, los sanitarios intentaron reanimar al niño siguiendo el procedimiento correspondiente.
Inicialmente fue estabilizado y trasladado a un hospital en Cabueñes. Ya en el hospital, nada se pudo hacer por el niño, que falleció. En el interior de la vivienda se encontraba el padre y un abuelo del menor, mientras que este se encontraba en el exterior. Ambos señalaron a la Policía que al salir lo encontraron en la piscina pero que fue cuestión de segundos lo que pudo estar en el agua.
Todos los años, alrededor de casi 300 niños de hasta 5 años fallecen ahogados en piscinas. Y alrededor de 3.700 sufren graves problemas debido a situaciones cercanas al ahogamiento.
El 84% de los casos ocurren debido a que el menor se ha quedado en una zona sin vigilancia de un adulto. El pasado año, la mitad de los fallecimientos han tenido lugar en piscinas (50%), un 30% en ríos o canales, un 15% en playas sin vigilancia y el 5% restante en distintas localizaciones como embalses o pantanos.