Ángel Martín, el héroe de Tábara que se enfrentó al fuego para salvar la localidad

Ángel Martín tiene todo el reconocimiento de toda la localidad de Faramontanos de Tábara, en Zamora, una de las provincias donde los incendios ya han calcinado 27 000 hectáreas y han obligado al desalojo de más de 6 000 personas. Es un “héroe”, dicen vecinos y familiares del hombre que ahora lucha por su vida tras una batalla contra un fuego despiadado y voraz que ha quemado el 80 por ciento de su cuerpo.

Ángel se jugó la vida al hacer un cortafuegos con un tractor con pala excavadora a las afueras de Tábara. Ángel tiene un almacén de materiales de construcción con maquinaria y por eso, cuando desalojaron su pueblo, no dudó en quedarse para ayudar en lo que pudiera con su maquinaria de obra. "Le ha pasado por meterse más de lo que le correspondía, se ha jugado la vida por defender al pueblo de Tábara", ha asegurado entre lágrimas a Efe una prima de este vecino de Tábara, María Inés Díez, poco antes de regresar a su localidad tras pasar la última noche evacuada en el recinto ferial Ifeza de Zamora. Esta familiar del "héroe de Tábara" ha subrayado que es "un chico maravilloso y trabajador". "Es una pena lo que le ha pasado", resume.

Ángel Martín trataba de hacer una zanja como cortafuegos

Ángel Martín trataba de hacer una zanja como cortafuegos cuando un golpe de viento hizo que se viese engullido por las llamas con su maquinaria, por lo que salió del vehículo y huyó a pie corriendo, lo que le provocó quemaduras graves y tuvo que ser evacuado en helicóptero medicalizado al hospital Río Hortega de Valladolid.

La dureza de las imágenes ha llevado a su mujer a realizar una petición pública a los medios de comunicación para que, en lo posible, no las emitan, porque el visionado continuo de esos segundos de angustia causan a la familia un daño terrible y les resulta "sentimentalmente insoportable". Testigo de lo sucedido fue el vecino de la localidad José Manuel Ballesteros, que también ayudaba en las labores de extinción, que detallaba que al no estar cosechado el campo en el que trabajaba, las llamas avanzaron con gran rapidez tras un golpe de aire.

La mejor opción: quedarse en el vehículo y huir

Ha indicado que posteriormente un brigadista le ha explicado que aunque en esos casos lo instintivo es saltar del vehículo y huir, es más seguro quedarse en él porque estando dentro "lo puedes pasar mal, se te pueden pinchar las ruedas pero tiras para adelante y vas a salir a zona quemada". El alcalde de Tábara, Antonio Juárez, ha tenido palabras de agradecimiento para Ángel Martín por su labor, ya que es "muy honorable la actitud que ha tenido por apagar el incendio". El máximo responsable municipal ha mostrado su deseo de que se recupere pronto y ha hecho hincapié en que este vecino ni siquiera trataba de salvar sus tierras de labor, su ganadería o sus propiedades, sino que actuaba en la lucha contra el fuego "por ayudar a los demás".

Ángel Martín se encuentra ingresado en estado grave

El agricultor, de 52 años de edad, quería arrancar la capa de hierba seca con la pala y que saliera de abajo tierra para frenar el fuego en Faramontanos de Tábara, pero la máquina adecuada para excavaciones no pudo con la voracidad de las llamas.

Así, mientras la máquina era engullida por las llamas, él echó a correr. Sin camisa, con partes de la tela pegada al cuerpo incendiada y con el torso ennegrecido, pedía ayuda con el 80 por ciento de su cuerpo quemado. Ahora, lucha por su vida en la Unidad de Quemados del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid tras ser operado de urgencia el lunes, según ha informado Rafael Gómez para Informativos Telecinco desde la localidad de Faramontanos de Tábara.

"Fue un héroe, se merece que se salve"

“Fue un héroe, se merece lo mejor, se merece que se salve”, expresa una vecina, deseando a Ángel Martín, que solo pretendía hacer “un cortafuegos para que no llegara a las casas ni a la gasolinera ni nada”, que se recupere.

Es “un valiente que se ha jugado la vida haciendo el trabajo que otros que tenían que hacerlo”. De no ser por él, reconocen, la gasolinera podía haber explotado. “Él se preocupa por todo el mundo”, expresan sus vecinos que tampoco se marcharon durante el desalojo de la localidad y han continuado segando para retirar combustible para el fuego y regando frente a las llamas inmensas.

La escena es ya una imagen icónica de cómo la gente del campo se juega la vida luchando contra el fuego con sus palas y tractores. Todos ellos son héroes de muchos pueblos amenazados que no deberían arriesgar así sus vidas si hubiese habido medios suficientes y una limpieza del monte a tiempo.