Las llamas siguen consumiendo Ávila: este martes la lluvia podría ayudar a su extinción

Uno de los peores incendios que actualmente está activo en España es el que sigue consumiendo Ávila. Las labores de extinción han continuado durante toda la noche porque el fuego sigue descontrolado. Sin embargo, parece que los esfuerzos de los equipos de extinción comienzan a dar sus frutos.

Esta ha sido la cuarta noche en vilo para los vecinos de Pedro Bernardo. El incendio que amenaza la localidad ha tenido una evolución favorable, y aunque aún está lejos de su extinción, se espera que las lluvias previstas para hoy en la zona colaboren en esas tareas.

El fuego ya ha quemado más de mil hectáreas y las continuas reactivaciones de los distintos focos están dificultando mucho la tarea de los bomberos. Los vecinos desalojados el domingo aún no han podido volver a sus casas

El fuego de Santa Cruz tiene numerosos puntos de reproducción

El incendio se encuentra "sin grandes reactivaciones pero con numerosos puntos de reproducción", según el técnico de extinción del operativo, Javier Ezquerra.

Según el responsable, si la situación sigue así "no habría ningún riesgo para los núcleos urbanos que rodean el incendio, pero asegurarlo al cien por cien es muy aventurado".

El desalojo de la urbanización en la noche del domingo, situada a cinco kilómetros del casco urbano, pretendía preservar la zona y las viviendas diseminadas, tal como ha explicado el delegado territorial de la Junta, José Franscisco Hermández.

El incendio se originó el viernes, 5 de agosto, y las estimaciones apuntan a que ya ha arrasado 1.000 hectáreas.

El jefe de jornada del operativo, Carlos Mendiguchía, habló este lunes de "tres jornadas de infierno", en las que el "descomunal trabajo" del amplio operativo desplegado en la zona sur de Ávila no lograba controlar el incendio, al reavivarse las llamas con focos secundarios cuando el monte "escupía piñas".

"Esto afecta a la moral" del medio millar de trabajadores que están volcados en el control de este incendio que, si continúa la evolución como se prevé y sin sobresaltos, no estaría controlado antes de una semana, para lo cual es preciso crear "perímetros seguros hasta que se enfríe".