Cerco policial a las novatadas en Burgos: así vigilan las patrullas

Acompañamos a una patrulla especial en su lucha contra las novatadas. "Tenemos 12 policías uniformados, más cuatro de paisano y la patrulla canina", nos cuenta Juan Ignacio Romo, de la Policía Local de Burgos.

En un parque nos encontramos al primer grupo de universitarios que, al percatarse de nuestra presencia, echan a correr, pero vemos cuáles eran sus intenciones. Harina y huevos para lanzar a los novatos y una garrafa con mangueras preparada para llenarla de alcohol.

"Los novatos se tumban en el suelo, beben de los tubos y muchas veces acaba en coma etílico”, nos explica Romo. En otro lugar los agentes sorprenden a 30 estudiantes cargados de botellas y con un somier. "Posiblemente para subir encima a algún novato y llevarlo como si fuera un ataúd o para hacer como si fuera una procesión religiosa", nos cuenta el policía.

Atadas por las piernas vemos a dos chicas en el centro de Burgos. Es una novatada leve, que los agentes cortan de raíz porque las humillaciones a veces aumenta y se les va de las manos. "Pueden estar penadas con hasta tres años de cárcel. No son una broma", concluye tajante el hombre al frente de este dispositivo antinovatadas de Burgos.

Uno de los problemas del inicio del nuevo curso son las novatadas. Muchas rozan la ilegalidad y la mayoría son delito pero apenas se denuncian porque los estudiantes que se estrenan en la universidad no quieren problemas. Aunque hay quien las defiende afirmando que es un método para conocerse mejor con el inicio del nuevo curso. Lo cierto es que ridiculizan y denigran a la persona. En Madrid, se ha reforzado la seguridad en los campus para evitar este tipo de comportamientos, a veces, incluso agresivo. En Salamanca también se batalla contra ellas.