Vuelve otra viruela erradicada: primeros focos de viruela caprina y ovina en España desde hace 50 años

  • Los focos han aparecido en explotaciones de Granada y Cuenca

  • La mortalidad en los animales puede alcanzar el 100%

  • Las viruelas caprina y ovina pertenecen a la misma familia que la viruela humana y del simio

El pasado 19 de septiembre de 2022 fue confirmado un foco de viruela ovina y caprina en una explotación de ovejas de reproducción, con un censo de 314 ovejas y 11 cabras, ubicada en el municipio de Benamaurel, en la provincia de Granada. La enfermedad estaba erradicada de España desde el año 1968. Es el primer foco que aparece en más de 50 años. Días más tarde se han confirmado dos nuevos focos adicionales. El segundo fue en Cúllar (Granada) en una explotación de ovejas de reproducción para carne que tenía un censo de 170 ovejas y 20 cabras. El tercero en un centro de concentración de ovino localizado en el municipio de Villaescusa de Haro (Cuenca) con un censo total de 1.070 ovejas y 14 cabras. En las últimas horas se han detectado otros cinco focos, todos en las provincias de Granada y Cuenca.

En las tres explotaciones había animales con síntomas y lesiones clínicas compatibles con la viruela ovina y la viruela caprina, dos enfermedades de origen vírico causadas por virus del género Capripoxvirus, perteneciente a la familia Poxviridae, la misma donde están clasificados el virus de la viruela humana y el virus de la viruela del simio.

Qué son la viruela ovina y la viruela caprina

La viruela ovina y la viruela caprina son enfermedades de los rumiantes domésticos caracterizadas por fiebre, aparición de pápulas o nódulos generalizados, vesículas, lesiones dérmicas o internas en los pulmones y la muerte. Su aparición tiene un impacto económico importante en los medios de subsistencia de los pequeños agricultores y de las comunidades rurales pobres en las regiones endémicas.

Históricamente, los casos de viruela ovina y viruela caprina ocurren regularmente en el norte y centro de África, en todo el Medio Oriente y el subcontinente indio, Irán, Irak, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Afganistán, Pakistán, Nepal, Mongolia, China, Bangladesh y Vietnam. Las enfermedades también son endémicas en Turquía y entre 2013 y 2015 se produjeron cuatro brotes en Bulgaria y varios brotes en Grecia.

Están clasificadas como enfermedades de notificación obligatoria debido a su potencial de propagación rápida y al sustancial impacto económico. La viruela ovina y caprina han sido identificadas como uno de los principales impedimentos para el mejoramiento genético de las poblaciones de ovinos y caprinos y, en consecuencia, para el desarrollo de unidades de producción intensiva en África, el subcontinente indio y Asia.

Mortalidad del 100%

El período de incubación de la viruela ovina es de 4 a 8 días y el de la viruela caprina de 5 a 14 días. La mortalidad puede llegar a ser del 100% en razas susceptibles, particularmente entre corderos y cabritos. La disminución de la productividad de los animales sobrevivientes causa, en promedio, pérdidas anuales de un 30 a un 43 % en los ingresos. Las manadas o rebaños afectados pueden tardar hasta 6 años en recuperarse de un brote.

Las ovejas y cabras infectadas eliminan el virus en las secreciones orales, nasales y oculares y la transmisión se produce a través de aerosoles y contacto directo. Cuando existen altas cargas virales en la piel, algunos insectos vectores como la mosca de los establos (Stomoxys calcitrans) pueden producir una transmisión mecánica. Debido a la estabilidad del virus, la viruela ovina y caprina puede persistir en el medio ambiente durante períodos prolongados, lo que lleva a la infección de animales no expuestos.

Sacrificio del rebaño infectado

No existe tratamiento específico. Si es posible el rebaño infectado debe ser sacrificado. Si el sacrificio no es posible, es imperativo aislar a los rebaños infectados y a los animales enfermos durante al menos 45 días. Los cadáveres deben ser eliminados de forma adecuada y es obligatorio proceder a la limpieza y desinfección estrictas de las granjas y equipos en contacto con los animales.

Además, es necesario realizar controles de movimiento de animales y vehículos dentro de las áreas infectadas. La vacunación debe ser la estrategia a utilizar cuando la enfermedad está extendida. Existen varias vacunas de virus atenuados que son administradas por vía subcutánea o intradérmica. La inmunidad conferida dura hasta 2 años. Las vacunas inactivadas dan, en el mejor de los casos, solo inmunidad a corto plazo. Por fortuna, la infección da como resultado una inmunidad sólida y duradera a los animales supervivientes. En estos momentos es imperioso establecer medidas que controlen lo antes posible el brote de viruela ovina y caprina.

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