Valentín, un niño de 9 años, lleva una vida normal después de someterse a dos trasplantes de riñón

El Hospital Vall D'Hebron de Barcelona lleva más de 40 años realizando trasplantes pediátricos. Este mes celebran que ya han superado las 1.000 intervenciones con las que han mejorado la calidad de vida de muchos niños y adolescentes. Uno de ellos es Valentín, al que le hicieron dos trasplantes de riñón tras diagnosticarle una rara enfermedad congénita. El año pasado, Candela se convirtió en la primera niña que recibe un trasplante de riñón cruzado de grupo sanguíneo incompatible.

Por otra parte, un hombre que recibió un trasplante de riñón decidió donar más de un millón de euros al hospital de Canadá donde le operaron. "Esto salvará una vida. Y si lo hace, aunque solo sea uno, entonces estaré encantado", afirmó Keith Lavergne al diario Global News. No obstante, no todo el mundo está dispuesto a pasar por quirófano aunque lo necesite. De hecho, un hombre de Carolina del Norte (EEUU) se negó a ser trasplantado porque antes tenía que ser vacunado de covid.

El doble trasplante cambió la vida de Valentín

Con solo cinco días de vida, Valentín sufrió una hemorragia cerebral que hizo temer lo peor. Le diagnosticaron una rara enfermedad congénita. Su madre, Sol López, asegura que "en principio no deja de ser evidentemente un shock", aunque matiza que pronto "empezamos a investigar".

Tres meses después, sus riñones dejaron de funcionar. Vivió con diálisis hasta los tres años, pero pronto necesitó un trasplante. "No funcionaba bien y por eso me tuvieron que hacer una operación", explica el pequeño.

Dos intervenciones que mejoraron su pronóstico. "Antes era un niño muy dependiente del hospital y con muchos ingresos. Y ahora estamos en una situación muy favorable", explica la doctora Gema Ariceta, jefa del servicio de nefrología pediátrica del Hospital Vall D'Hebron.

También ha mejorado su calidad de vida. "Va al colegio, ha crecido y lleva una vida totalmente normal", indica Teresa Eixarch, supervisora de enfermería de la unidad de trasplante pediátrico en el mencionado hospital.

López manifiesta que "el trasplante cambia la vida de Valentín y cambia la vida de la familia. Valoramos las pequeñas cosas, vivimos la vida y estar juntos desde un lugar distinto".

Ahora ya, con 9 años, la situación ha cambiado considerablemente. "Me encuentro bien", subraya el pequeño, que tiene la vida de un niño de su edad.