¿Cómo afecta el bullying al rendimiento académico?

El acoso escolar o bullying es un fenómeno mucho más extendido en nuestras aulas de lo que la opinión pública percibe. Uno de cada cuatro estudiantes es víctima de agresiones (en una o más ocasiones) durante su vida escolar y un 12% son víctimas de ciberbullying en Europa, según la UNESCO. Asimismo, en España, durante el año 2021, la Fundación ANAR informó que el 15,4% de los estudiantes denunciaban casos de acoso entre sus compañeros y un 24% de los estudiantes aseguraba haber sido testigo de acoso en redes sociales a sus pares.

Estas cifras muestran que el fenómeno no debería subestimarse, a la luz de las consecuencias que puede desencadenar en los afectados. El efecto de este subtipo de violencia incide sobre todos los estudiantes que participan activa o pasivamente, pero especialmente sobre las víctimas, causando daños físicos, emocionales y relacionales que pueden tener consecuencias en toda su trayectoria educativa y laboral. Uno de los efectos más mencionados, aunque poco explorados, es el impacto del acoso escolar en el rendimiento educativo. Su estudio es muy relevante, dada la relación directa entre un bajo rendimiento académico y fenómenos como el absentismo escolar, el fracaso escolar y el abandono escolar prematuro, entre otros.

El impacto del bullying provoca la pérdida de 3-5 meses de educación formal para los estudiantes victimizados

Un documento elaborado por Gisela Rusteholz y Mauro Mediavilla, titulado 'El impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en España', de 2022, realiza un análisis de la prevalencia del fenómeno en las aulas españolas de secundaria y una aproximación a sus efectos en el rendimiento educativo de los alumnos. A través del análisis de datos de las pruebas PISA, se estima que el acoso tiene un impacto negativo en todas las habilidades evaluadas (Matemáticas, Ciencias y Comprensión Lectora) y que este efecto negativo equivaldría a la pérdida de 3-5 meses de educación formal para los estudiantes victimizados en comparación con sus compañeros no victimizados. Esto representa entre un 30% y un 50% menos de educación en el año escolar con respecto a sus compañeros.

El acoso escolar se erige así como un obstáculo más en el proceso de enseñanza y aprendizaje, que puede generar un rendimiento académico más pobre y conducir, a corto plazo, al incremento en las tasas de absentismo escolar, fracaso escolar o abandono escolar prematuro.

¿Qué es el bullying?

Bullying significa “violencia entre pares por abuso de poder”. Son relaciones entre escolares que implican un desequilibrio de poder entre acosador y víctima, incluyendo agresividad física, verbal, psicológica y social, con daño intencionado. Es lo que explica María Bustamante, miembro de la Unidad de Psicología Infantil, del Instituto Centta en un artículo al respecto del acoso escolar. en el que analiza el impacto del bullying en todos los actores que participan en él y lo sufren.

En la situación de bullying o acoso escolar, se da una dinámica de roles iniciada por un agresor, apoyado generalmente en un grupo observador, contra una víctima que se encuentra indefensa, señala María Bustamente al analizar el proceso que se produce en los casos de acoso.

¿Qué le pasa a la víctima de acoso?

Que la vivencia de ataque le provoca descenso de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, pudiendo llegar al suicidio. Los casos en los medios se suceden ante la impotencia de unos padres que no pudieron detectar los casos a tiempo o cuyas señales de alarma fueron desoídas. "Estos niños y niñas consumen energía en su defensa y miedos, alterando la capacidad de memoria, distorsionando la capacidad cognitiva, dificultando la concentración, y por lo tanto, perjudicando gravemente el aprendizaje", señala la experta.

¿Qué le pasa al agresor?

El rol agresor, presenta una autoestima deteriorada y baja motivación escolar, actuando impulsivamente, evidenciando dificultades de atención y concentración, factores esenciales en el aprendizaje. Como señala la experta esta conducta le puede llevar a las puertas de una futura conducta delictiva.

¿Qué pasa con los observadores que no hacen nada?

En el caso de los observadores, también ven afectado su rendimiento escolar, además de provocarles un conflicto de valores, falta de concentración, miedo, confusión, inseguridad y disminución de la autoestima.