El catadióptrico, elemento de seguridad obligatorio para la DGT: ¿qué es y cuál es su función?

La Dirección General de Tráfico (DGT), a través de su perfil oficial en Twitter, está lanzando preguntas tipo test que pueden caer en un examen. El objetivo es refrescar conceptos que se han ido olvidando con el paso de los años y que son importantes para los conductores. Por otra parte, Tráfico ha elaborado una lista de enfermedades por las que podría retirarte el carnet de conducir. Además, la DGT planea ciertos cambios a la hora de la renovación una vez cumplidos los 65 años.

Una de las preguntas que ha llevado a cabo recientemente la DGT es acerca de los catadióptricos, dispositivo que están obligados a llevar todos los coches, las motos, los ciclomotores, las bicicletas, los autobuses, los remolques, los vehículos de movilidad personal (VMP) y los tractores, según el Reglamento General de Circulación. En otro aspecto, una de las últimas modificaciones de Tráfico es la manera en la que notificará las multas a las empresas.

¿Qué es un catadióptrico?

Un catadióptrico es un elemento de seguridad reflectante que sirve para señalizar la posición de un vehículo. El catadióptrico tiene la capacidad de reflejar la luz que le llega desde el exterior, desvelando así su presencia.

Los catadióptricos están formados por un espejo en su base y, sobre el mismo, varias lentes que refractan la luz, esto es, que modifican su dirección. Al incidir sobre ellos una fuente de luz, estos brillan con especial intensidad. Cabe destacar que los faros y bombillas, que cuentan con luz propias, no son considerados catadióptricos. Tampoco se consideran catadióptricos las matriculas reflectantes o las balizas.

La normativa europea indica cómo deben ser los catadióptricos de los vehículos. Los catadióptricos serán blancos si están situados en el frontal, amarillo auto si se colocan en los laterales y rojos si se encuentran en la parte trasera.

Importantes a la hora de pasar la ITV

A pesar de que la inspección técnica de vehículos (ITV) no es demasiado rigurosa en ciertos aspectos sobre la iluminación (por ejemplo, las bombillas fundidas de los antinieblas se consideran un defecto leve), es muy exigente con los catadióptricos, que deben permanecer en perfecto estado.

Circular con un vehículo sin catadióptricos o con dichos dispositivos deteriorados supone una falta grave. Es más, si te ocurre esto pasando la ITV, te la considerarán desfavorable hasta que no lo repares. Transitar con los catadióptricos en mal estado o sin ellos supone además una sanción económica de hasta 200 euros.