De la pequeña Siurana a Venecia: los destinos turísticos que no quieren más visitantes

Un pequeño núcleo de apenas 30 casas, cinco bares, dos hoteles, un castillo y una iglesia asentado sobre un peñasco de piedra caliza y rodeado de torrentes y barrancos. Con este idílico paisaje, el pueblo tarraconense de Siurana ha sido el último municipio en rechazar la invitación a formar parte de los pueblos más bonitos de España.

"Tenemos problemas de masificación y estamos al límite de la capacidad para recibir a más visitantes", declaraba a NIUS su alcalde, Salvador Salvadó, para justificar la decisión. Le preocupa que la inclusión de Siurana en la lista aumente la afluencia de personas en su pueblo de 32 habitantes que ya recibe un millar de visitantes cada fin de semana.

Como Siurana, cada vez más destinos los que imponen medidas para luchar contra la masificación no regulada. Desde la Alhambra de Granada hasta el Parque Nacional de Snowdonia en Reino Unido, son varias las regiones que están desarrollando políticas y legislación para limitar el número de turistas en su territorio.

Con tres millones de visitantes anuales, la Alhambra de Granada es el monumento más visitado del país. Allí se han limitado las entradas, que solo se pueden reservar desde una página web donde las fechas aparecen en diferentes colores -verde, rojo o negro- dependiendo de la demanda, cada una con una tarifa más cara.   

También en España, las Islas Baleares han congelado por decreto durante los próximos cuatro años la creación de nuevas plazas hoteleras y vacacionales, que se limitarán a 430.000. El objetivo es promover un turismo de mayor valor y menor volumen.

La ciudad italiana de Venecia implantará una tarifa de entrada para los visitantes de todo el día mayores de seis años, una medida que ya se había aplazado en varias ocasiones y será finalmente aprobada. El precio variará en función del día y la cantidad de personas prevista.

En el mismo país, la carretera SS163 que une todas las ciudades de la Costa Amalfitana, el próximo verano volverá a imponerse el sistema de matrículas alternativas para evitar los atascos a causa del turismo masivo en la zona. Las matrículas que terminan en números impares solo podrán circular en fechas impares, y lo mismo con las pares. Aun así, los lugareños consideran esta medida insuficiente.

El verano de este año, el Parque Nacional de Calanques, en el sureste de Francia, introdujo un sistema de reserva para el Calanque de Sugiton, uno de los parajes más populares de la costa entre Marsella y Cassis. Desde entonces es necesario reservar la entrada mediante una aplicación o a través de la página web.

Restricciones similares se aplican en algunos lugares de Reino Unido, como el Parque Nacional Snowdonia, donde ahora se deben reservar sitios en el paso de montaña más cercano a la popular Pyg Track. Y en la Calzada del Gigante, en la costa de Antrim de Irlanda del Norte, la directora de turismo responsable ha reducido el número de visitantes en un 66 % para mejorar la experiencia en lo que era la atracción más concurrida de la región.