Operación 'Ponos': 13 arrestados por falsificar documentos personales a 200 personas para pedir créditos y comprar

  • La Guardia Civil ha arrestado a trece personas en el marco de la operación 'Ponos' por su presunta participación en 629 hechos delictivos

  • Los detenidos se dedicaban a la falsificación de documentos personales para después hacerse con créditos, comprar bienes y revenderlos

  • Se han realizado siete registros en domicilios y uno en establecimientos en localidades de Valencia

La Guardia Civil ha arrestado a 13 personas en el marco de la operación 'Ponos' por su presunta participación en 629 hechos delictivos sobre, al menos, 209 víctimas. Los detenidos se dedicaban a la falsificación de documentos personales para después hacerse con créditos, comprar bienes y revenderlos.

Los detenidos, de entre 19 y 59 años, se enfrentan a delitos de estafa, falsedad documental y usurpación de identidad entre otros. Según ha señalado el Instituto Armado, hay afectados en todo el territorio nacional aunque los registros se practican en localidades de Valencia por las autoridades encargadas de la investigación.

Ya se han realizado siete registros en domicilios y uno en un establecimiento, en las localidades valencianas de Játiva, Benetússer, Quart de Poblet, Hospitalet de Llobregat, San Pere de la Molanta o Valencia ciudad.

Más de un millón de euros a costa de créditos usurpados

Los detenidos, de entre 19 y 59 años, a los que se les imputan delitos de estafa, falsedad documental, usurpación de identidad, revelación de secretos, apropiación indebida, contra la salud pública (tráfico de drogas) y pertenencia a grupo criminal, han dejado a más de 200 víctimas reconocidas alrededor de todo el territorio nacional: Valencia, Castellón, Alicante, Canarias, Madrid, Ciudad Real, Santa Cruz de Tenerife, Granada, Córdoba, Segovia, Cuenca, Murcia, Gijón, Zaragoza, Teruel, Navarra, Islas Baleares, Barcelona, Lleida, Sevilla, Bizkaia, A Coruña, Cantabria y Albacete.

Durante la investigación, los agentes de la Guardia Civil se encontraron con un gran número de denuncias por estafa en las que los autores estaban empleando un 'modus operandi' muy parecido, que consistía en que, una vez conseguían una fotografía del DNI de sus víctimas, les suplantaban la identidad y compraban productos por internet que financiaban a nombre de los afectados.

Más tarde, cuando recibían lo comprado, lo revendían en aplicaciones y páginas de compraventa de artículos de segunda mano. Dada la semejanza de los hechos delictivos, se inició la investigación con el objetivo de averiguar la operativa de los autores y destapar su identidad.

Los agentes comprobaron que falsificaban nóminas y otros documentos personales que se exigen para abrir cuentas bancarias y contratar líneas telefónicas, dando pie a un entramado criminal que ha perjudicado, por el momento, a más de 200 personas, a las que creaban deudas con entidades de crédito y proveedores de telefonía y de las que los autores llegaron a obtener más de un millón de euros. La Tesorería de la Seguridad Social analizó todas las nóminas y datos personales, logrando identificar un número superior de afectados de los que existían en un principio.

En los registros se incautaron grandes cantidades de droga

La organización tenía células operativas regionales en lugares como Huelva, Valencia, Tarragona y Barcelona. Los grupos infiltraban a su personal en puestos de trabajo estratégicos donde pudieran obtener la información de sus víctimas más fácilmente para proceder los delitos.

Casi un centenar de guardias civiles fueron movilizados para los registros efectuados en la Comunidad Valenciana, en los que se intervinieron de diversa documentación sobre la comisión de los delitos investigados, además de los bienes que adquirían con los créditos y que todavía no habían vendido.

También en los registros se incautaron 10 kilogramos de marihuana, varias dosis de cocaína y básculas de precisión. La Guardia Civil se ha percatado igualmente de que los máximos responsables de las distintas células regionales tenían cabecillas que se coordinaban para cometer los delitos traspasando las comunidades autónomas con tal de dificultar la labor policial. Así, los integrantes de la organización cambiaban de forma constante de vivienda, enviaban dinero al extranjero y usaba más de 700 líneas telefónicas distintas para comunicarse.

Sobre uno de los máximos responsables de la organización pesaban 23 requisitorias judiciales de varios juzgados de toda España. Otro de ellos, que además falsificaba recetas médicas para obtener medicamentos sujetos a prescripción médica, intentó escapar, escondiéndose en un centro social ocupado ilegalmente. Pero fue al final detenido cuando se encontraba en un vehículo que fue sustraído en 2022 y que pudo recuperarse.