Es una iniciativa pionera de la Asociación Española contra el Cáncer de Palencia y ya se está preparando el campamento del 2026
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La Asociación Española Contra el Cáncer de Palencia ha llevado a cabo una pionera iniciativa para ayudar y asistir a menores que tienen algún familiar con cáncer. No se trata de niños enfermos, sino de aquellos hijos, hijas, hermanos o hermanas que también tienen que convivir con la enfermedad y para quienes se ha creado el primer campamento de verano dedicado específicamente para ellos. Gracias a la colaboración de los monitores voluntarios de la Fundación Eusebio Sacristán, los menores, agrupados según sus franjas de edad, han realizado múltiples actividades lúdicas y culturales en diferentes enclaves de la ciudad.
Los niños - que llegaron de distintas partes de España - han disfrutado de excursiones que incluían escalada, barranquismo, paseos en barco, piscina, espeleología, senderismo, rappel o sesiones de baile, si bien la verdadera intención del campamento es que se conozcan y compartan emociones similares sobre la situación que les ha tocado vivir. Los monitores que les custodiaban tenían formación específica en el acompañamiento a menores en situación de vulnerabilidad y todos ellos han contado con el apoyo logístico de un equipo de voluntariado de la asociación central.
Poder compartir sus emociones, el aspecto más valorado
Además, el equipo técnico de la AECC (una psicóloga y una trabajadora social) acompañó durante el proceso de inscripción, acogida y seguimiento de las familias, garantizando una atención cercana y profesional. Por todo ello, se ha considerado que este primer campamento dedicado a los familiares menores de 18 años de personas con cáncer, que se ha desarrollado desde el 1 hasta el 10 de julio con su sede central en el Albergue Juvenil Castilla, ha sido todo un éxito. El equipo al completo se despidió de los niños, prometiendo comenzar ya a preparar las actividades del año que viene.
Las encuestas de valoración que se realizaron al terminar la experiencia, reflejan un alto grado de aceptación y gratitud por parte de los menores y sus familias. Los menores destacaron "el entorno, el trato del personal, la calidad de las actividades y la oportunidad de poder compartir sus experiencias personales en torno a la enfermedad del cáncer" como los aspectos más positivos de esta iniciativa. Por su parte, las familias valoraron especialmente la utilidad del campamento como espacio de "respiro emocional", así como la organización y el acompañamiento recibido. La difusión mediática de este tipo de campamento ha ayudado también a visibilizar la realidad y el impacto emocional de aquellas personas vulnerables que también conviven con la enfermedad.