Puntos calientes y viento nocturno dificultan el control del fuego en Ávila pese a los avances en el perímetro

Puntos calientes y viento nocturno dificultan el control del fuego en Ávila pese a los avances en el perímetro
La tensión en Ávila continúa por el incendio, que no está controlado. Informativos Telecinco
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El de Ávila es uno de los principales incendios activos, pero no el único. A punto de despedir julio nos enfrentamos a una de las semanas más complejas de lo que llevamos de verano en lo que a lucha contra incendios se refiere. La situación en el Valle del Tiétar todavía es tensa. El fuego aún no está controlado, pero los equipos de extinción han podido hacer algunos avances.

Según informa Laura Sólvez, periodista de 'Informativos Telecinco' en el lugar del incendio, lo que más preocupa es "el viento que se va a levantar esta noche y que va a dificultar mucho las labores de extinción", que "ahora mismo se centran en delimitar el perímetro, en asegurarlo al 100%".

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"En el interior no hay llamas, pero sí que quedan puntos calientes que siguen echando humo. Es a lo que los bomberos llaman combustión. Se van a centrar toda la noche en intentar apagarlos", precisa la periodista, antes de agregar: "El paisaje se ve muy ennegrecido, pero la buena noticia es que las poblaciones ya no están confinadas porque no hay ningún frente amenazándoles.

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Tercer día de combate contra el fuego

El esfuerzo de los efectivos logra imponerse en este tercer día de combate contra el fuego y aunque todavía impera la prudencia, han extinguido ese frente de 15 km de llamas que estaba activo: "La situación es mucho más favorable que la de ayer, no tener llama en el perímetro da una garantía de seguridad mucho más grande. Y tenemos personal para trabajar en la reproducciones".

La clave pasa por atajar esos focos antes de que puedan saltar los cortafuegos, que irónicamente se han levantado con más fuego: "Fuego técnico, consiste en aplicar fuego cuando viene el frente de llama para quemar una zona, para que cuando llega al frente de incendio, no tenga zona de quemar y paremos ahí el incendio", explican los bomberos.

Una técnica arriesgada pero efectiva en incendios de esta magnitud. "Por no sacrificar 100, 200 o 300 hectáreas en la aplicación de un contrafuego, se nos queman 3.000, 4.000 o 6.000 hectáreas". Mientras ellos trabajan el monte, los vecinos comienzan a vislumbrar los primeros atisbos de esperanza. Ya sin confinamiento, aunque a sabiendas de que aún queda mucho por hacer: "Desolador, desolador".

Lamentan la pérdida del terreno y la de Emilio, el bombero que falleció yendo a las labores de extinción. Los voluntarios, azada en mano, también aportan lo que pueden en la ladera. Mirando con resignación todo lo que ya escéniza.