Crimen

Triana Martínez logra su primer permiso tras cumplir 11 años de condena por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco

El jurado declara culpables a las tres acusadas por el asesinato de Isabel Carrasco
Montserrat González y su hija Triana Martínez, asesinas de Isabel Carrasco. Europa Press
  • A la condenada se le ha concedido un permiso de tres días

  •  El asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, creó gran conmoción en la sociedad

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Triana Martínez, la ingeniera de telecomunicaciones condenada junto a su madre Montserrat González y la policía local Raquel Gago por la muerte de la entonces presidenta de la Diputación de León y presidenta provincial del PP de León, Isabel Carrasco, pisará la calle por primera vez tras once años cumpliendo condena por un crimen casi perfecto.

La jueza ha concedido el primer permiso de salida de tres días a Triana tras el criterio favorable del centro penitenciario después de llevar 11 años cumpliendo condena de forma ininterrumpida, de los 20 años de pena que le impusieron en el juicio.

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La condenada se encuentra desde 2018 en el centro penitenciario de Asturias y desde entonces le habían denegado hasta en catorce ocasiones los permisos solicitados, afirma El Correo.

El mal comportamiento y la conflictividad de madre e hija empujaron a las autoridades de los centros penitenciarios a cambiarlas de prisión en varias ocasiones, además de denegarles los permisos.

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La jueza ha impuesto varias condiciones para conceder e l permiso de tres días; debe presentarse diariamente ante la policía, debe ser recogida y acompañada por un familiar o allegado, y tiene prohibido acercarse o comunicarse con los familiares de Isabel Carrasco.

El pasado mes de enero, madre e hija remitieron al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo un escrito de arrepentimiento en el que trasladaban sus "disculpas sinceras, plenas y absolutas"

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11 años del crimen: un policía prejubilado, figura clave en la resolución

Hace 11 años de la muerte de la presidenta del PP en León y de la Diputación en esta provincia Isabel Carrasco, asesinada a tiros en plena calle el 12 de mayo de 2014 en lo que llegó a calificarse durante el juicio como un crimen “casi perfecto” de no ser por un testigo que siguió a la autora de los disparos hasta su detención a los pocos minutos de cometerse el crimen.

Ese personaje clave para la rápida resolución del crimen fue Pedro Mielgo, un policía nacional prejubilado experto en seguimientos que esa tarde paseaba con su mujer por la pasarela sobre el río Bernesga que une La Condesa con el Paseo de Salamanca en León capital, donde se produjo el asesinato a las 17.11 horas.

Tras presenciar cómo la autora confesa del asesinato, Monserrat González, descerrajaba tres tiros en la cabeza a una mujer en la parte más alta de la pasarela, dejó a su esposa en el lugar de los hechos, quien avisó a los servicios de emergencias, y comenzó a perseguir a la mujer mientras narraba todo en una llamada que realizó al 112.

Al encontrar un vehículo policial, Mielgo hizo señales para que parase y le indicó que la mujer, que ya se encontraba dentro de su coche, era la autora de un asesinato que se había producido minutos antes.

En ese momento llegó hasta el coche la hija de la autora, Triana Martínez, que venía de introducir el arma en el vehículo de una tercera persona implicada en el crimen, la agente de Policía Local Raquel Gago.

Un crimen por venganza para relanzar la carrera de su hija

En el juicio sólo Monserrat González confesó el crimen y afirmó que había matado a Isabel Carrasco -que contaba 59 años en el momento de su muerte- y que volvería a hacerlo porque la había tomado con su hija, a la que había echado de la Diputación -tenía un puesto interino como ingeniera de comunicaciones- y estaba cercenando sus aspiraciones políticas, ya que pretendía hacer carrera en el PP.

"Era su vida o la de mi hija", afirmó rotunda y retadora en el juicio, en el que no mostró ningún signo de arrepentimiento.

Las otras dos mujeres negaron haber participado en el asesinato, pero las tres fueron juzgadas entre enero y febrero de 2016 y consideradas culpables de asesinato por un jurado popular, en el caso de Montserrat González y de su hija, y cómplice a Raquel Gago.

Posteriormente fueron condenadas a 22, 20 y 14 años de prisión, respectivamente.