Pacheco se siente "aplastado y agradecido" por el Premio Cervantes 2009

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 23/04/2010 06:54

Pacheco afirmó que la "poesía es silencio, reposo y aislamiento". El premio Cervantes 2009 en su discuro, que le mismo ha calificado previamente de "muy sencillo y muy honesto", ha dicho que le hubiera gustado que le hubiesen otorgado este premio a Cervantes para que no hubiese pasado tantas penurias. "Se sabe que el inmenso éxito de su libro en poco o nada remedió su penuria y cuánto nos duele verlo o ver a su rival Lope de Vega humillándose ante los duques, condes y marqueses", ha dicho.

El Premio Cervantes, dotado con 125.000 euros, se concede anualmente a la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico. El jurado del Premio Cervantes 2009 describió a José Emilio Pacheco como "un poeta excepcional de la vida cotidiana" y subrayó su "capacidad de crear un mundo propio".

Preguntado por el uso que le daría a la cuantía económica que incluye el premio, José Emilio Pacheco confesó que lo emplearía en "clínicas y hospitales; ese es mi porvenir más inmediato". "Es una lástima que el Premio Cervantes no se lo entreguen a una persona de 30 años que podría aprovecharlo mejor", ironizó.

Su obra poética

De su obra poética destacan Los elementos de la noche en 1963, El reposo del fuego en 1966, No me preguntes cómo pasa el tiempo en 1969, Irás y no volverás en 1973, Islas a la deriva en 1976, Desde entonces en 1980, Trabajos en el mar en 1983 y El silencio de la luna (1995).

Entre sus galardones cabe citar el Premio Nacional de Poesía, Premio Nacional de Periodismo Literario, Premio Xavier Villaurrutia, Premio Magda Donato, Premio José Asunción Silva en 1996, Premio Octavio Paz en el año 2003, Premio Federico García Lorca 2005, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2004 y la XVIII edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2009.

La obra de Pacheco destaca por su variedad temática. En España, la editorial Tusquets acaba de lanzar al mercado el volumen que reúne sus 14 libros de poemas publicados desde 1958 a 2009. Tusquets también ha editado su novela, Las batallas en el desierto, donde el autor rememora sus batallas infantiles en el México de finales de los años 40. Tarde o Temprano

Por su parte, la editorial Visor ha publicado en España La edad de las tinieblas. Cincuenta poemas en prosa, En resumidas cuentas, y Como la lluvia.

Destaca su humanidad

El Rey don Juan Carlos ha destacado en su discurso la "cercanía humana" del escritor mexicano y ha asegurado que "su pluma rezuma bondad y modestia, una humanidad y un compromiso fraterno con las personas que le han llevado siempre a estar cerca de los que sufren".

Don Juan Carlos ha señalado también que José Emilio Pacheco "ha viajado a través de la riqueza y los matices del español, desde lo conversacional hasta la alegoría, desde el monólogo dramático a la voz del cronista, desde el guiño irónico hasta la hondura de un compromiso ético, ejemplar y necesario".

Pacheco nació en Ciudad de México en junio de 1939. Además de poeta y prosista se ha consagrado también como traductor, y ha trabajado como director y editor de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales. Dirigió con Carlos Monsiváis el suplemento de la Revista de la Universidad de México y en La Cultura en México. Fue director de la Biblioteca del Estudiante Universitario y profesor en varias universidades de los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.

Pertenece a la generación de los años cincuenta, de la que forman parte también Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Vicente Leñero, Juan García Ponte y Salvador Elizondo.

Anécdota terrible

A su llegada al Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, Pacheco ha protagonizado una curiosa anécdota. Se le han caído los pantalones hasta las rodillas. El escritor, lejos de ruborizarse, ha apuntado con buen humor que "no tenía tirantes, es muy buen argumento contra la vanidad", ante los periodistas en el Claustro de la Universidad.

"Yo nunca me había puesto traje de pingüino, que requiere tirantes, y no los llevaba", confesó. "Pero no me gusta dar una imagen de despistado, que a mí me va mucho desgraciadamente. Pero qué será lo contrario de despistado -se preguntó- ¿pistado?". "Yo soy brutísimo y torpísimo, ni siquiera podía subir al púlpito, y después leyendo, me sobrevino un ataque de timidez", confesó el recién galardonado con el Premio Cervantes, quien insistió que escribir es "una tarea diferente a la de hablar porque te estás tapando la cara".