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La gota fría, o fenómeno Dana, ha traído consigo tormentas que están afectando brutalmente estos días a diversas localidades españolas, causando graves daños e inundaciones en algunas zonas. Los ciudadanos están viendo estos días cómo las lluvias provocan en algunos casos daños en sus coches o viviendas.
Los daños a vehículos y viviendas serán cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros siempre y cuando estén asegurados. Esta institución indemniza a los particulares cuando los daños son provocados por fenómenos extraordinarios de la naturaleza u otros de origen político o social poco frecuentes y muy destructivos.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, explica que en caso de sufrir un siniestro extraordinario, siempre y cuando esté asegurado, se recomienda ponerse en contacto con la aseguradora y poner en conocimiento los daños causados lo antes posible al Consorcio de Compensación de Seguros, CCS.
La organización, sin embargo, recuerda que este organismo no cubre todos los riesgos, aplica periodos de carencia, por ejemplo en determinados casos 7 días desde vigencia de la primera póliza o de las siguientes si no hay periodos entre medias sin cobertura, e indemniza según lo contratado en la póliza privada.
La OCU advierte que en caso de no ser considerado riesgo extraordinario, algunos fenómenos naturales sí están cubiertos por el seguro de hogar, de la comunidad o del vehículo, y se hará cargo de los daños sufridos si se tiene contratada la cobertura.
Solo los usuarios que tengan contratado un seguro de daños propios en la modalidad de todo riesgo podrán reclamar los daños que no se consideren extraordinarios. También quienes tengan un seguro con lunas, o en caso de que hubiera rotura de ellas.
Si el granizo o las tormentas han causado daños en el vehículo, la OCU recomienda revisar las condiciones del seguro contratado y reclamar. Los seguros de hogar también cubren daños en las viviendas provocados por lluvia o granizo, entre otros, cuando superan una cierta intensidad, aunque no alcancen la magnitud de riesgo extraordinario.
La OCU recomienda en ambos casos que los afectados recopilen todas las pruebas para demostrar el origen y consecuencias del daño. Recortes de periódico, fotos, buscar testigos, informes de policía o bomberos e informes de observatorios meteorológicos son algunas de las claves para acreditar el siniestro y sus efectos.