Adriana, la presunta parricida de Logroño, a su expareja: “Perdóname por todo lo que te he hecho”

  • Le pide perdón por hacerle la vida imposible con denuncias falsas

  • Adriana no ha declarado ante la policía aunque los médicos han dado permiso

  • La policía cree que es mentira que la niña no quisiera vivir con su padre

Adriana hoy está serena. Lo ha explicado su abogado después de aconsejarle no declarar ante la policía. Llevaba varios días sedada en el hospital y esta mañana los médicos por fin ha dado permiso para preguntarle. Pero no ha contestado.

Lo único que Adriana dijo a los policías cuando entraron en la habitación del hotel donde encontraron a la pequeña, asesinada, es que no sabía cómo había muerto Carolina. Pero estaba en shock, ausente y ni siquiera colaboró en la búsqueda de su madre.

Los agentes tenían urgencia; a esas horas sabían que se podía haber suicidado, porque ese era el plan que relató en una de las cartas que dejó escritas. Olga, la abuela de la niña, había sufrido un desengaño amoroso y quería quitarse de en medio.

Adriana la acompañaba en su plan y también escribió. Según ha podido saber Informativos Telecinco en las cartas le pide perdón a su exmarido al que en los últimos meses ha hecho la vida imposible con denuncias falsas. Y le dice que la pequeña no quería vivir con él.

Fuentes policiales aseguran que eso no es verdad y que las cartas están repletas de excusas para justificar lo que pensaba hacer. Aunque no describía cómo iba a hacerlo. Los siete documentos están siendo analizados porque contienen muchas claves, que de momento Adriana no ha explicado.

Las cartas las llevó el hermano de Adriana al cuartel de Haro cuando su sobrina ya estaba muerta, el lunes por la mañana. La otra hermana, Daniela ha explicado que la noche anterior fueron a avisar al cuartel y buscaron desesperados a las tres porque ya era tarde y llevaban todo el día fuera de casa. Se preocuparon pero, según fuentes de la Guardia Civil, la noche del domingo avisaron de que llevaban horas desaparecidas, pero no contaron la gravedad de lo que se interpretaba en esas cartas.

Quizá no las había encontrado todavía. Adriana no tenía ninguna enfermedad mental ni estaba en tratamiento pero su hermana sí ha explicado que lleva cuatro años muy mal, desde que se separó de su pareja.

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