La sociedad se revuelve contra las 'manadas': cuando ''la ética es más exigente que el código penal''

telecinco.es 18/02/2019 07:02

La ausencia de datos oficiales sobre las agresiones sexuales múltiples no ha impedido que diversas entidades sociales trabajen para conocer una realidad que parece escaparse al escrutinio de las administraciones públicas. La Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (Fiadys) recoge en su web una estimación basada en informes oficiales según los cuales un 4 por ciento de todas las agresiones sexuales podrían corresponder a 'manadas'.

Otro recurso adoptado por estas organizaciones es el recuento de los casos recogidos por los medios de comunicación. Es el caso de Geo Violencia Sexual que en su web asegura haber contabilizado 58 agresiones múltiples en 2018 y otras 3 más en lo que llevamos de 2019.

Esta web es un proyecto de Feminicidio.net que apunta a esta falta de cultura de denuncia de la violencia sexual. Para los expertos que la integran, hay dos grandes obstáculos que explicarían este déficit social: "la ausencia de indicadores que midan todas las formas de violencia sexual" y la "falta de perspectiva feminista en la elaboración de estadísticas".

Independientemente del origen de los datas, psicólogos y sexólogos coinciden de forma generalizada en que la sociedad está cada vez más concienciada en este tipo de delitos por lo que no es descartable que este compromiso está permitiendo sacar a la luz comportamientos que antes se ocultaban por miedo o vergüenza.

Félix López Sánchez, es uno de los más prestigiosos especialistas en Psicología de la Sexualidad con un amplio currículum investigador a sus espaldas. Él comparte esta idea de que se mezclan "una mayor conciencia social junto a un mayor número de denuncias" que explica dado que "pasamos por un periodo de caos producto de dejar detrás el mito de la represión sexual a la necesidad de experimentarlo todo".

Meritxel Pérez, criminóloga e investigadora de Fiadys, está convencida de que "con la mayor sensibilización ante estos hechos por parte de la sociedad, podría estarse facilitando la denuncia y el apoyo a las víctimas para que denuncien", algo que certifica con la evidencia de que "según las encuestas de victimización, el 70 % de las víctimas no denunciarían este tipo de delitos, por tanto, sólo llega a conocimiento de la policía el 30 % de los casos".

El perfil de estos depredadores sexuales que actúan en grupo está claro para Roberto Sanz, psicólogo y sexólogo de la Fundación Sexpol. Según este especialista "la sociedad está mucho más molesta con estos actos violentos que se basan en el poder, en la necesidad que tiene la persona perpetrante, en este caso hombres, de ejercer ese dominio", algo que se explicaría porque "la sexualidad masculina está muy centrada en la penetración".

Para Meritxell Pérez, "algunos de los elementos que comparten este tipo de agresores sexuales son la cosificación del cuerpo de la mujer, la falta de empatía con la víctima, la presión del grupo o escudarse en el grupo para diluir su responsabilidad en los hechos cometidos". También señala como características de estos agresores la "negación de la agresión afirmando que la víctima consentía o pensamientos que excluyen la responsabilidad en los hechos".

Por su parte, el profesor López Sánchez apunta a cada vez más, "los adolescentes tienen la pornografía como modelo, algo que no pasaba antes y el problema es que no tienen referencias nada más que esas". Ello les lleva a pensar que "todo es legítimo y es obligatorio".

El abuso del alcohol y otras drogas estaría también detrás de estos comportamientos. Pérez y López señalan esta mezcla explosiva de hormonas y estupefacientes como un motor de estos comportamientos, "si mezclas los malos usos de la libertad con alcohol y drogas tienes una situación alarmante", afirma López Sánchez.

Para este catedrático, lo que caracteriza a estos grupos de violadores es que realizan "una exhibición de poder antes que disfrutar de un momento de placer" , desprendiéndose completamente de lo que denomina "ética del consentimiento" por lo que "si no hay consentimiento no puede haber relaciones sexuales".

Los cambios legales producidos a raíz de los últimos casos de agresiones sexuales múltiples, en especial el de 'la manada' de Pamplona han modificado por completo la forma en la que mujeres y hombres basamos nuestras relaciones sexuales. La apuesta por el mensaje de 'no es no' se ha visto reforzada por la consideración legal de que "cualquier acto sexual sin un 'sí' expreso sea considerado delito", "convirtiendo a la ética en una barrera más exigente que el código penal", según afirma López Sánchez.

No toda la población masculina ve con buenos ojos estos cambios. Roberto Sanz reconoce que "hay un porcentaje de población masculina que se siente muy atacada y muy ofendida por todo este crecimiento del feminismo", algo en lo que coincide Félix López quien apunta a que "ahora se ha cambiado la carga y se pide un consentimiento positivo por lo que los varones pueden tener alguna dificultad con sus manifestaciones de seducción".

Sin embargo, la representante de Fiadys, Meritxell Pérez, no comparte estas afirmaciones al considerar que "todo avance social que implique una mayor igualdad entre hombres y mujeres y, por tanto, una mayor libertad para decidir en materia sexual mejora las relaciones entre ambos sexos".

Este cambio de paradigma o de roles masculinos tiene en la educación a su mejor aliado. Por ello. Meritxell se muestra convencida de que "es imprescindible una educación sexual de calado, no sólo de contenidos" sino que también "se aborde a fondo la dinámica de las relaciones de pareja, la igualdad de todas las personas y el respeto y empatía con el otro".

Algo en lo que coincide el catedrático López Sánchez quien asegura con cierta indignación que "tenemos un caos de educación y de ética o valores básicos".