El caso de Inés, expulsada de un campamento, espejo social: primero el rechazo y luego la solidaridad

  • Los padres de algunos de los niños se quejaron porque sus hijos merecían estar con niños normales

  • Inés se echaba la culpa porque no era normal y la empresa pide disculpas y admite errores

  • El caso puede ser un reflejo social de exclusión al diferente

Es el caso de Inés, discriminada (de forma o no consciente) en un campamento con solo 11 años, es un reflejo de nuestra sociedad. La pequeña, que estudia en un colegio especial, suele ir los veranos 15 días a un campamento. Inés tiene un leve retraso madurativo, de un 30%, que hace que pueda tardar un poco más en captar las cosas, pero es completamente autónoma. Todos los años ir de campamento era una experiencia inolvidable para ella, pero esta vez las cosas se torcieron.

La historia ha salido a la luz, primero a través de la cadena SER y luego se han conocido más detalles del caso en el programa de Ana Rosa o en Ya es Mediodía, porque la madre, Carolina Gómez, alzó la voz ante lo que consideró una discriminación de las familias que acudían al campamento (es decir, padres, que llegaron a manifestar, según ha manifestado la empresa organizadora del campamento, Diverbo y ha recordado la madre, que "sus hijos se merecían ir al campamento con niños normales ya que ya pasaban parte del año con niños con necesidades especiales).

El caso es que la niña tuvo que dejar el campamento porque desde la empresa organizadora se le dio como opción dormir con una monitora. No querían quejas del resto de padres. De hecho, una de las monitoras pidió ayuda a los niños para que Inés estuviera cómoda en el día a día. Y estos al comentárselo a sus padres provocaron la reacción que acabó con Inés en casa de sus abuelos, rota y convencida de que la culpa de lo ocurrido es suya por no ser como las demás; por no ser normal. La madre ya le ha dicho que no y que hay mucha gente que la quiere.

La empresa organizadora del campamento, a raíz del alud de comentarios en favor de la pequeña Inés y la repercusión mediática de lo sucedido salió al paso de las críticas con un comunicado en el que rechazaban la discriminación. Por su parte, Juan Carlos Medina, confesaba en los micrófonos de Onda Cero que "en este caso, no hemos sabido hacerlo mejor. Asumo la culpa, evidentemente, porque algo hemos hecho mal. Lo analizaremos con tiempo para que no vuelva a suceder, pero ofrecimos lo que teníamos en ese momento en nuestras manos. Si esto no era bastante para la madre, y yo entiendo que no pueda ser bastante, la otra alternativa que tenía era llevarse a la niña. Nosotros no le dijimos que estaba expulsada”.

El comunicado de Diverbo explicaba su punto de vista. "Una vez iniciado el campamento, nos hemos dado cuenta de que Inés necesitaba, en nuestra opinión, de una atención especial. Hemos intentado ayudarla en la integración al grupo con un refuerzo en la ayuda que le podíamos ofrecer, con una monitora dedica a ella de forma exclusiva para facilitar su integración, que además se ofreció de manera gratuita a la familia. Hemos mostrado nuestra mejor voluntad para conseguir que Inés se quedara con nosotros", señalan tal y como contaba también la madre de la menor.

A pesar de ofrecerle dormir con una monitora el resto del campamento marcando una diferencia clara con el resto de sus compañeros, desde Diverbo niegan haber "discriminado o expulsado" a Inés y aseguran que fue la familia la que no aceptó su solución "y ha preferido llevársela". La madre de la menor con capacidades diferentes les lanzaba una pregunta: "¿Cómo creen que se iba a sentir mi hija si es la única de todo el campamento que es apartada?".

En el comunicado también señalan que "en el mismo campamento hay niños con necesidades de cuidados especiales" y que han recibido "la felicitación de sus familias por cómo se están tratando estas necesidades". Además, recuerdan que todos los veranos, desde que comenzaron hace 15 años, atienden "a decenas de niños con distintas necesidades" en sus campamentos.

Ahora todo son muestras de la solidaridad. De otros campamentos que desean incorporar a Inés. Ahora en las redes lo que más se comenta es que Inés es genial, se critica a los padres que no querían que sus hijos compartieran habitación con estas niñas, se denuncia que los monitores no fueran capaces de asumir su responsabilidad. La madre de la pequeña se queja de que lo primero que hicieron en el campamento fue señalar a Inés como diferente. El caso de Inés es representativo del mundo de hoy. Más solidario en este caso en las redes que en la vida real. Tal vez sirva para algo.