Cuando en Algeciras se cazaban ballenas

  • Entre 1921 y 1954 se cazaron en el Estrecho más de 4000 ballenas y 500 cachalotes

Es un dibujo casi infantil, una silueta blanca recuerda en una pared una ballena. No es un dibujo casual. Está en las ruinas de lo que fue una casa sobre la bahía de Algeciras. A los pies de la casa, en la ensenada de Getares, frente a Gibraltar, descansan las ruinas de una compañía ballenera.

"Carl Fredrik Herlofson es un noruego, accionista de compañías balleneras que pone sus ojos en Algeciras en 1914 y crea la Compañía Ballenera Española", cuenta el historiador algecireño Antonio Torremocha. "Pero a causa de la Primera Guerra Mundial aparca su proyecto hasta 1920. Ese año piden autorización a la Junta del Puerto de Algeciras que aprueban la instalación de la factoría ballenera".

Los noruegos buscaban el aceite obtenido al cocer la grasa de los cetáceos, un producto con que, a pesar de la llegada del queroseno, seguía utilizándose para iluminar. También concentrados vitamínicos, insulina y hasta ámbar gris para perfumería.

"Ellos sabían que en determinados meses del año por el Estrecho cruzan ballenas y cachalotes. Se sabía desde siempre, pero aquí nunca se había cazado la ballena, excepción hecha de la época romana. Sus previsiones para el negocio eran buenas".

"Sabían que en determinados meses del año por el Estrecho cruzan ballenas y cachalotes. Se sabía desde siempre, pero aquí nunca se había cazado la ballena, excepción hecha de la época romana"

Y tan buenas. El primer año se capturan quinientas noventa y cinco ballenas, y cuarenta y siete cachalotes. Para 1927 ya eran mas de tres mil ballenas y casi trescientos cincuenta cachalotes. Buen negocio para los noruegos, pésimo para la riqueza del Estrecho.

"Fue tal la cantidad de animales cazados que en seis años dejó de ser rentable", señala Antonio Torremocha. "Cada vez era necesario ir a cazar más al oeste, llegando incluso al cabo San Vicente. Los cetáceos habían sido prácticamente aniquilados".

Los noruegos se van, la factoría cae bajo el olvido y los temporales. Pasan más de 20 años hasta que en plena posguerra vuelven los arpones a la bahía de Algeciras. Estamos en 1950. Ahora es una compañía española, la Ballenera del Estrecho, la que prosigue con la caza.

"En esta segunda etapa se cazaron muchos menos animales. En casi cinco años sólo se cazaron alrededor de trescientos cincuenta cetáceos" dice Torremocha. "Recuerdo que las ballenas se descuartizaban, y la carne se vendía en trozos en el mercado de Algeciras".

"Recuerdo que las ballenas se descuartizaban, y la carne se vendía en trozos en el mercado de Algeciras"

La Ballenera, que así la conocen los algecireños, sigue ahí, camino de Punta Carnero, con un acceso casi oculto bajo la maleza. Entre sus ruinas, hoy, lo más que se pesca aquí es con caña. Mientras, ballenas y cachalotes han vuelto al Estrecho, pero ahora la única “caza” que soportan es la fotográfica. El negocio de la vida va mejor que el de la muerte.