Cinco consejos prácticos para mantener sano tu cerebro

  • Ejercitar la mente, una dieta saludable, beber y hacer ejercicio físico son actividades recomendables

Tener una mente sana es clave para que nuestra salud en general sea buena. Después de todo, sin una buena salud cerebral no podríamos disfrutar de las actividades que más nos gustan, ya sea correr por el parque o jugar al Trivial con los amigos. Ajeet Sodhi, neurólogo del Instituto de Neurociencia de California, comparte cinco consejos para promover y mejorar la función cerebral diariamente:

1. Ejercitar la mente regularmente

Al igual que ocurre con el el resto de su cuerpo, mantener el cerebro activo y comprometido es clave para una salud cerebral óptima. Y no necesariamente se trata de mantener el cerebro ocupado con el trabajo. Rompecabezas, crucigramas, sudokus, leer el periódico o aprender idiomas son actividades recomendables. La clave está en desafiar al cerebro a aprender cosas nuevas y diferentes constantemente.

Los beneficios han sido probados: en un estudio reciente realizado por la Universidad de Exeter, los investigadores encontraron que las personas que completaban acertijos de palabras habitualmente tenían un cerebro diez años más joven que su edad real.

2. Darle comida saludable al cerebro

Una dieta saludable incluye alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes que ayudan a mejorar la salud del cerebro, como el pescado graso (salmón o caballa, por ejemplo), huevos, yogurt y zumo fresco. Los antioxidantes, como las nueces o los granos integrales ricos en vitamina E, refuerzan la función cerebral.

Es aconsejable incorporar alimentos ricos en luteína , como verduras de hoja verde oscura (por ejemplo, col rizada, espinacas, col rizada), así como guisantes y huevos, en la dieta general. En un estudio de 2017 publicado en Frontiers in Aging Neuroscience , se demostró que la luteína podría tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo. Completan la lista de recomendaciones los alimentos que contienen polifenoles, como las uvas rojas, los arándanos y los tomates.

3. Sudar

Sudar también es una parte diaria de la rutina recomendada por el doctor Sodhi. Es crucial hacer algún tipo de ejercicio (caminar, correr, montar en bicicleta) todos los días durante 30 minutos. Una investigación reciente presentada por la Cognitive Neuroscience Society (CNS) demostró que el ejercicio regular no solo tiene efectos a largo plazo, sino también efectos inmediatos para la salud mental y cerebral: solo una sesión de sudor puede conducir a un impulso cognitivo instantáneo.

La American Heart Association recomienda que los adultos realicen al menos 150 minutos por semana de actividad aeróbica de intensidad moderada (como caminar o bailar enérgicamente) o 75 minutos por semana de actividad aeróbica vigorosa (como correr, andar en bicicleta o nadar). También puede hacer una combinación de ambos para asegurarse de registrar su recomendación semanal.

4. Beber

Tanto una taza de café como un vaso de agua potable fomentan una mejor salud cerebral. El café no sólo tiene los beneficios de la cafeína en términos de mantener los niveles de energía y mantenerse más alerta, sino que muestra tiene compuestos que afectan las proteínas cerebrales conectadas a las enfermedades de Parkinson y Alzheimer. "La investigación está en curso, pero podemos descubrir que estos compuestos también ayudan a retrasar el deterioro cognitivo y la aparición de ciertas enfermedades cerebrales", asegura el doctor Sodhi.

En cuanto al agua, se debería ingerir tanto como sea posible, pues ayuda a que la piel esté más hidratada y saludable, ayuda a mantener a raya el hambre y, lo más importante, previene la deshidratación, algo que afecta negativamente al cerebro, a la concentración, la coordinación y el estado de ánimo. Para algunas personas, beber mucha agua también puede ayudar a prevenir los dolores de cabeza.

5. Vivir con un propósito

Una de las cosas que ayudan a mantener sano el cerebro es moverse a través del día a día con un propósito. Comprometerse con la familia, los amigos, una comunidad o una causa solidaria sirve de ayuda, ya que a menudo los vínculos altruistas se asocian con la felicidad y un mejor humor. Un estudio de 2014 mostró que los participantes que se ofrecieron como voluntarios demostraron "una salud física y mental significativamente mejor" que aquellos que no fueron voluntarios.