Más que una confesión, los investigadores del caso de Javier Ardines buscan pruebas irrefutables que presentar al juez antes de que la madrugada de este viernes acabe el plazo para que los arrestados comparezcan en los juzgados.
Las cámaras de tráfico sitúan el coche de uno de los sicarios, según informa El Comercio. Los agentes han visionado las imágenes de las grabaciones del concejo asturiano y de la autovía que une Pría y Bilbao, donde vivían los presuntos autores materiales.
Agentes de criminalística se han desplazado a Asturias para analizar pormenorizadamente el coche de los sicarios argelinos. Con los agentes trabajan perros especialistas en dar con restos biológicos y sustancias químicas.
A Javier Ardines lo golpearon en la cabeza y lo asfixiaron. Pero los investigadores creen que también usaron alguna sustancia química para controlarlo, según publica La Vanguardia. Era un hombre alto y fuerte. Por eso, los agentes buscan en los coches incautados, al igual que han hecho en los registros de las viviendas, alguna sustancia química que los delate, además de restos de ADN.
Los expertos aseguran que los presuntos sicarios no eran muy profesionales. Han permitido, ha explicado un experto en seguridad, César Charro, "la defensa de la víctima" y estaban seguros de que iban a salir "indemnes" cuando, en realidad, "tampoco han tardado tanto en localizarlos".
"Han creído que por el hecho de que nadie les haya visto, y de que en el entorno no hubiera cámaras, ya iban a salir bien librados”. Por eso, es posible pensar que estos sicarios hayan dejado algún tipo de pista que les deje en evidencia.