La huida del niño de Adeje: tiró una piedra a su padre, corrió campó a través y evitó la carretera para no ser atrapado

Informativos Telecinco 27/04/2019 09:21

Thomas lo tenía todo planeado. Engañó a su familia con el pretexto de realizar una excursión y aseguró a sus hijos, de 10 y 7 años, que iban a explorar una cueva en la que había metido regalos de Pascua. Fue allí, en esa recóndita cueva del horror, donde presuntamente acabó con la vida de la madre y del mayor de ellos. El hijo pequeño lo presenció todo: ese momento en el que su progenitor le agredía a ella primero, y cómo después, cuando su hermano intentaba separarles, le golpeaba a él también. Fue justo en ese instante cuando el niño superviviente del macabro crimen reaccionó, “tiró una piedra al padre y salió corriendo”. El presunto asesino no pudo alcanzarle porque el niño, en esa reacción instintiva que le salvó la vida, “fue tan inteligente que no huyó por la carretera” por la que previamente habían llegado al fatídico lugar. Corrió y escapó recorriendo 4 kilómetros campo a través por una zona agreste, escarpada, llena de barrancos y de muy difícil acceso, antes de ser localizado, desorientado, muy nervioso y en estado de shock por unos vecinos de la zona. Fue Rosi quien relataba a Informativos Telecinco ese instante en el que le encontraron e intentaron comprender si el pequeño se había perdido, dónde estaba su casa y qué había sucedido. No era fácil, porque estaba muy asustado y solo hablaba alemán, por lo que no se entendían más que por señas. Afortunadamente, gracias a la ayuda de una mujer que hizo de intérprete, Annelies, quien llegó a estar cinco horas hablando con el pequeño, hablándole en su lengua materna, muy poco a poco, el pequeño contó un espeluznante relato que también escucharon después las autoridades.

Ningún familiar ha acudido a verle aún

Tras esos cuatro kilómetros de huida, antes de ser socorrido por los vecinos, el pequeño fue tocando puerta por puerta en busca de ayuda, temiendo la persecución de su padre. Rosi fue su primer auxilio, y después fue Annelies y su marido, quienes ejercieron de abuelos improvisados. La intérprete le acogió en su casa, donde le arropó y pasó la noche. El pequeño lleva cuatro días sin ver a un familiar, y “oficialmente no sabe que su madre está muerta”. Bajo tutela judicial desde un primer instante, la magistrada titular del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer (VSM) número 1 de Arona (Santa Cruz de Tenerife) permitirá que el niño sea visitado por un sacerdote alemán, al parecer autorizado por la familia, y si en los próximos días verifica su habilitación como tutor, permitirá que éste quede a su cargo.

Estaba previsto que los abuelos se desplazasen hasta Tenerife, pero, según el Ayuntamiento de Adeje, están tan impactados que aún no han podido viajar y han pedido que el pequeño pueda ser trasladado a Alemania.

Prisión sin fianza

La magistrada instructora también ha ordenado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza del presunto asesino. A Thomas se le imputa la comisión de sendos delitos de asesinato u homicidio, –a la espera de que se concrete a lo largo de la investigación en marcha–, además de un delito de tentativa de asesinato u homicidio en referencia al hijo que logró escapar del lugar del horror.

Cuando fueron a arrestarle estaba dormido

El espeluznante relato del niño superviviente del crimen fue clave desde el primer momento para la investigación. Gracias a ello, las autoridades rápidamente se pusieron en marcha y apenas horas después de recabar la información, la Guardia Civil encontró a Thomas. Llegaron a él tras sus pasos gracias a un coche que alquiló la misma semana. Cuando le encontraron estaba plácidamente dormido. Tras el terrible crimen, se había cambiado de ropa y estuvo bebiendo como si la atrocidad que acababa de cometer no hubiese siquiera ocurrido. Ni siquiera preguntó por el pequeño que escapó de la cueva cuando los agentes le arrestaron. No sabía por entonces que le habían encontrado y que había relatado con crudeza a las autoridades todo lo que presenció.

Thomas, simplemente, se limitó a decir que su familia se había quedado paseando y que no sabía nada de ellos. Era ese mismo día, la tarde del pasado miércoles 24, un día después del crimen, cuando las autoridades confirmaban la peor de las noticias: los cadáveres de la madre y su hijo de 10 años eran localizados en aquella cueva del horror ubicada entre el Barranco del Burro y el denominado Barranco del Infierno. Thomas les llevó allí porque sabía que la orografía compleja de ese terreno tan poco transitado haría más complejo que encontrasen las huellas del macabro acto. Así fue. Incluso la densa niebla que reinaba en la zona fue una complicación añadida, pero gracias a un voluntario que conocía el lugar, los agentes encontraron sus cuerpos sin vida.

Se niega a colaborar

Thomas, desde que fuese arrestado, se negó en todo momento a colaborar. Tan solo se pronunciaba este viernes para insistir en que tenía que tomar una medicación que estaba en su casa.

Desde allí, desde su domicilio en Adeje, Tenerife, donde residía desde hacía unos meses tras dejar Alemania, donde permanecía la familia, que había acudido a verle durante las vacaciones de Semana Santa, volvió a salir este viernes escoltado para, después, ingresar en prisión.

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