David Serrano culpa a los padres de Julen de la tragedia

  • David Serrano reparte culpas: primero fue el pocero, luego los rescatadores y ahora los padres de Julen

  • La relación entre David y los padres de Julen está rota

  • Los padres de Julen no quisieran retirar la acusación particular

“Culpable soy yo, culpable son sus padres, por no estar atentos a su hijo. Allí se encontraba mi niña chiquitilla, pero mi niña chiquitilla estaba al cuidado de su madre"”. Son las sentencias demoledoras de David Serrano en El Programa de Ana Rosa, que demuestra el sisma ya total entre él y los padres de Julen.

El auto de la jueza en la que se ha señalado que hay indicios suficientes como para imputar homicidio imprudente a David Serrano al constatar que, en contra de lo que expresó en los inicios del proceso, dejó el pozo abierto y no avisó del peligro. El abogado de Serrano, Antonio Flores, siempre defendió que lo que pasó "no era un accidente que se pudiera prevenir, no era previsible, era imposible que David lo pudiera predecir".

La decisión de la justicia ha sido recibida con alegría por los padres de Julen. Su madre Vicky, en Ya es Mediodía, apuntaba que la relación con David era inexistente y que había ido “a peor” con el paso del tiempo: "Las tensiones son mayores y lo que quieren, ahora que les han dado la razón, es dar un paso más adelante y que todo este capítulo se cierre cuanto antes”. Y no descartaban tener otro hijo.

Del apoyo a la rivalidad absoluta

Las primeras imágenes eran de unidad. La de los padres de Julen y David Serrano, familia, y unidos en el dolor. Todo era apoyo en los días en los que todo un país estaba unido en busca del milagro de encontrar el pequeño con vida. En su primera rueda de prensa ante los medios, David Serrano rompía a llorar.

Nunca se pudo creer que por ese hueco pudiera caer un niño. En ese momento David Serrano arremetió contra Antonio, el pocero, del que dijo que nunca cerró la prospección. El pocero siempre contestó que él había hecho todo de forma reglamentaria y que no tenía ningún miedo. Siempre dijo que cuando volvió a la parcela, ya tras la caída del pequeño, comprobó que habían rebajado la zona y ya no estaba la piedra, insistiendo a la salida de los juzgados en que "lo tapé todo muy bien y todo fue perfecto, lo que pasa es que luego han hecho una zanja".

“El día de la desgracia yo tapé aquello con dos bloques de hormigón. Advertí del peligro, que alguien podía meter allí un pie y rompérselo o doblárselo, jamás en la vida pensé que allí cabía un niño”, señalaba David Serrano en rueda de prensa. “Escuché voces aterradoras. El niño se había escurrido entre los dos bloques y había desaparecido”. David Serrano decía entonces entre lágrimas que su hija de la misma edad de Julen también estaba allí. “Ha sido Julen, pero podría ser mi hija chiquitilla”, decía.

Pero todo cambió cuando los padres de Julen dieron el paso de convertirse en acusación particular y cuando el padre de Julen tuvo que testificar y dejó claro que David Serrano le dijo que había pozos en la zona, pero nunca le advirtió del peligro de que uno de ellos estuviera destapado. Desde entonces las muestras de cariño entre ellos se enfriaron y la defensa de David intentó desde el primer momento repartir las culpas. Primero fue el pocero el señalado. David le culpaba de no haber sellado. Luego fueron los rescatadores. Se aportó incluso un informe por parte de su defensa en el que se culpaba a los rescatadores de la muerte de Julen. Finalmente se concluyó en la autopsia oficial que Julen había muerto en la caída casi instantáneamente.

Ahora, David, en su defensa contra todos apunta a los padres de Julen. No es baladí esta defensa con uñas y dientes porque David se enfrenta a sanciones, administrativas y penales. Desde el punto de vista administrativo, las sanciones por hacer el pozo ilegalmente son de hasta 6000 €. Sin embargo, el hecho de que haya ocurrido algo por no tapar bien el pozo se considera una segunda responsabilidad, que supone una infracción grave de hasta 300.000 €, según la Ley de aguas de Andalucía. Y desde el punto de vista penal hablamos de cuatro años de cárcel.