Reabren los mercadillos de Alicante: el comercio al aire libre intenta recuperarse

  • Los clientes no tocan los alimentos y deben guardar la distancia

  • Los empresarios feriantes ven cómo sus inversiones se van a pique

Los cuatro mercadillos de venta ambulante de la ciudad de Alicante se ha reabierto al público a partir de este jueves solo para los puestos dedicados a la alimentación y sujetos al cumplimiento de estrictas medidas higiénicas y de seguridad. La reapertura ha sido todo un éxito con grandes colas a la entrada.

Desde primera hora de la mañana la gente aguardaba pacientemente su turno para hacer la compra en la reapertura de uno de los mercadillos de Alicante. A la entrada, voluntarias de la Cruz Roja se encargaban de que todos recibieran su chorrito de hidrogel.

De este modo, se ha establecido que exclusivamente se ofrecerán productos alimentarios y de primera necesidad para la venta, además de la autorización de un número concreto de puestos según barrios. En Benalúa se ha previsto que se instalen 21 puestos cada semana; en Carolinas, 10 vendedores; en Babel, 33 puestos y en Teulada, 117.

Queda prohibido tocar los alimentos o productos, de modo que exclusivamente podrán ser manipulados por los vendedores. Además, los clientes en espera deben guardar una distancia mínima de dos metros de separación respecto al resto de compradores. Si bien los más mayores no tienen que hacer cola para entrar. "La gente está siendo respetuosa y vienen con calma", observa una de las dependientas.

La Policía Local comprueba que los puestos de venta estén separados por una vía de tránsito y con una distancia mínima entre ellos de 6 metros, permitiendo una separación mínima de 2,5 metros entre los laterales. El protocolo establece que los vendedores también tienen que respetar entre sí una distancia mínima de 2 metros, y en caso de que las medidas del puesto no lo hagan posible, queda restringida la actividad a un solo vendedor.

Los vendedores deben hacer uso siempre de guantes de protección y mascarilla, siguiendo las instrucciones y recomendaciones de higiene frente al Covid-19. Así, debe respetarse la distancia de 2 metros entre el puesto de venta y la clientela, que quedará convenientemente señalizada.

Por último, se ha establecido que cada puesto cuente con dispositivos para residuos, de acceso con pedal, y con bolsa que permitan su cierre estanco. Los puestos deben ser desinfectados y limpiados con frecuencia, teniendo en cuenta las superficies tocadas, y siguiendo las instrucciones de limpieza y desinfección dictadas para hacer frente a la pandemia de coronavirus.

El edil de Seguridad, José Ramón González, ha considerado "necesario cumplir estrictamente las medidas de seguridad", ha confirmado que la Policía Local controlará los accesos y ha señalado que "se deberán utilizar las entradas y salidas establecidas", así como "respetar los turnos y distancias".

También ha indicado que es "recomendable el uso de las mascarillas y abandonar el recinto al finalizar la compra".

Por su parte, la concejala de Comercio, Lidia López, ha destacado "la importancia de la apertura de los mercadillos para retomar su actividad bajo estrictas medidas de seguridad", y ha pedido que "se cumplan todas las medidas preventivas sanitarias y de distancias, tanto a los clientes como a los vendedores, para garantizar que podamos volver a la normalidad lo antes posible".

Feriantes, atrapados por la pandemia

Apenas acababa de empezar la temporada y miles de feriantes se vieron atrapados por la pandemia del coronavirus lejos de sus casas primero, sin su modo de vida después, y hoy con la incertidumbre de cuándo podrán volver a ponerse en funcionamiento para, de ese modo, tener ingresos. "La desgracia que hemos tenido con el el COVID es que nos ha pillado a principio de temporada, con todas las inversiones hechas", señala la empresaria Beatriz Camarero.

La Feria de Abril y San Isidro salieron disparadas de la agenda y ahora en teoría empezaría lo fuerte, las verbenas. En las ultimas fases de la desescalada se hace mención a los parques de atracciones pero con la especificación de que los usuarios tienen que estar sentados. Algo incompatible con las fiestas de los pueblos que ya han empezado a cancelar. Son 32.000 las familias que piden ayuda a Gobierno antes la ruina más absoluta.