Un joven, hijo de un policía fallecido, se opone a que una comisaría lleve el nombre de su padre

  • El joven se opone a las medidas del Gobierno de Daniel Ortega

  • "Mi padre sirvió al cuerpo de Policía no a una banda criminal"

Gerson Snayder Suazo, un joven nicaragüense de 25 años, ha iniciado una campaña para que la policía de su país quite el nombre de su padre a una estación que se inauguró el viernes 20 en el municipio de Chichigalpa. El joven no quiere que el cuerpo policial actual represente la memoria de su progenitor, Juan José Suazo, fallecido en 2015, según recoge Infobae.

“Esta Policía no es el cuerpo en el que sirvió mi padre. Es un grupo uniformado armado que siembra terror. Han cometido crímenes de lesa humanidad. No veo cómo una banda criminal vaya a representar la memoria de mi padre”, señala. El joven, al igual que su familia, perteneció al movimiento Sandinista, como su padre policía, pero desestimó esta orientación a raíz de las revueltas que se produjeron en Nicaragua en abril de 2018 cuando un grupo de ancianos, que se manifestaba en la ciudad de León contra las reformas a la seguridad social que anunció el gobierno de Daniel Ortega, fue agredido.

Las revueltas recibieron el nombre de ‘Revolución de Abril’ y fue sofocada con dureza por el gobierno. El saldo, 328 muertos, 700 presos políticos y cerca de 100 mil exiliados. “Yo miré la crueldad de mis compañeros de ese momento que golpearon a los ancianos. Eso vino molestándome. Me peleé internamente con varios. El sandinismo estaba secuestrado. Estos no son los ideales de Sandino. Esto son ideales del 'orteguismo'”, señala el joven.

“El 18 de octubre me arrestan a la salida de la eucaristía del la iglesia de San Blas, en Chichigalpa. Me arrestan los mismos compañeros que una vez fueron subordinados de mi papá. Hasta yo trabajé con ellos. Andaba entregando citatorias del juzgado. Mi papá era jefe de ahí y yo llegaba a ayudar. Solo faltaba ponerme el uniforme”, apunta.

"Es una policía que ha usado armas de guerra contra el pueblo"

Gerson asegura que los policías le desnudaron, le interrogaron y le golpearon, además de decirle que su padre sentiría vergüenza si estuviera vivo. Finalmente fue llevado a los tribunales en calidad de delincuente. Fue condenado a 18 meses de prisión y salió de la cárcel a través de la ley de amnistía impulsada por Daniel Ortega.

“Tenía un sentimiento de ir a Managua a denunciar eso, pronunciarme, porque no considero que la policía actual represente la memoria de mi padre. Mi padre sirvió a una policía nacional que si bien es cierto ya venía cometiendo abusos de poder, pero por lo menos el disparar contra un ser humano era castigado y era una baja deshonrosa. Se respetaban ciertas cosas de la integridad humana. Esta de ahora es una policía que ha usado armas de guerra contra el pueblo”, comenta.

El joven fue a denunciar el hecho de usurpar el nombre de su padre con una estación pero la familia está dividida. “Mi abuela dio autorización pero ella es una señora de 90 años. A mí no recurrieron porque sabían que me iba a negar”, dice el joven. Sin embargo, Gerardo González, abogado, asegura que la decisión policial de usar el nombre de una persona fallecida sin el consentimiento de los hijos viola el artículo 26 de la Constitución Política de Nicaragua.