La justicia da la razón a 'Pope': "Tras la amputación y recién despertado de la anestesia me esposaron"

  • El retraso de 8 años en realizarle una cirugía necesaria provocó que le amputasen un dedo

  • La Audiencia Nacional condena a Interior a indemnizarlo por retrasar su atención sanitaria

Honorio Gómez tiene 51 años, ha pasado la mitad de su vida en diferentes prisiones y posee en su cuerpo numerosas secuelas y cicatrices que revelan una dura vida, la más llamativa la que encuentras al estrechar su mano y fijarte en que parte de ella está mutilada.

'Pope', como le llama todo el mundo, tiene la enfermedad de Dupuytren una fibrosis que produce que los dedos se contraigan en forma de garra hasta quedar enquistados completamente. A él le tuvieron que amputar parte de su mano por un retraso de 8 años en una cirugía necesaria y por frustrar, de manera repentina, hasta en cinco ocasiones la operación para la cual estaba autorizado en diferentes prisiones de nuestro país.

Ahora la asociación pro derechos humanos de Andalucía (APDHA) ha comunicado que la Audiencia Nacional condena a indemnizar con 10.000 euros al expresidiario Honorio Gómez, debido a una actuación con “un notorio retraso” en el tratamiento médico lo que “abocó a una amputación”.

Traslados repentinos y operaciones frustradas

Honorio nos relata que esta enfermedad la sufrió su abuela: “Murió con los brazos totalmente agarrotados. Yo me la noto desde el año 1989 pero es en 2005, en prisión, cuando me la diagnostican”, nos aclara.

Desde 2005 y en diferentes centros penitenciarios se frustran sus operaciones “de manera repentina” según la sentencia, la más grave nos la relata el propio afectado. “Fue en el año 2011. Mi enfermedad estaba en un estadio 3 de 5, el cirujano me iba a intervenir en el hospital 12 de octubre en Madrid. Pero me deciden trasladar, en el último momento, argumentando que soy un preso peligroso. Aclaro que en 25 años en prisión solo he tenido tres sanciones por responder a funcionarios y jamás he tenido un problema. A prisión entré por robos sin violencia y alteración del orden”, puntualiza.

Un preso reivindicativo

El motivo según afirma el propio Honorio de estas operaciones frustradas por el sistema de prisiones es solo uno: “Me torturaron, porque esto fue una tortura, por ser un preso reivindicativo pertenezco a CNT, además de otras asociaciones, y denunciamos continuamente la vulneración de los derechos de los presos. Se nos ha privado de libertad por infringir la ley, pero no pueden privarnos del derecho a la salud y la vida”. En este punto de la entrevista Honorio hace un largo silencio, le cuesta hablar de lo que considera algo muy injusto. “En la cárcel no importamos nada y usan la salud como una moneda de cambio o un castigo”, afirma.

Abocado a la amputación

En el año 2013 finalmente pudo acceder al quirófano tras cinco operaciones frustradas, traslados y 8 años desde el diagnóstico de su enfermedad. Por desgracia para Honorio su enfermedad ya estaba en el estadio 5 de 5 de gravedad y la intervención quirúrgica fue para amputarle parte de su mano. Él nos relata con amargura el día de esa intervención. “Fue surrealista: tras amputarme la mano y recién despertado de la anestesia me esposaron, me subieron en un furgón y con la mano mutilada, en carne viva, la palma de la mano abierta y las grapas con sangre, sin pasar por la enfermería, me soltaron en el patio de la prisión. Todavía enajenado por los calmantes y anestesia solo pude reírme de desesperación”.

En agosto de 2015 salió de la cárcel y sigue participando activamente por la defensa de los derechos de los presos.

“Sentencia insuficiente”

La sentencia del juzgado de instrucción número 50 de Madrid, a pesar de satisfacerle en parte, no le parece justa, aunque falla “parcialmente” a su favor y piensa recurrirla. “Mi cuerpo ha quedado desfigurado innecesariamente, imagínate que te aparece mi mano de noche, doy miedo. Parezco del casting de humanos de los simpsons”, nos dice con una sorna amarga. “Me parece insuficiente esta sentencia por la tortura a la que he sido sometido”, añade.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), declaran desde APDHA, en varias sentencias ha quedado dictaminado que una atención médica inadecuada puede constituir un caso de trato inhumano o degradante". Por estos motivos y por lo que considera una injusticia y un trato vejatorio a los presos, “Pope” seguirá siendo un “expresidiario incómodo” denunciando su causa y diferentes situaciones por lo que considera una total vulneración de los derechos fundamentales de las personas en la cárcel.

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