Las 'no fiestas' de Vitoria y los toques de queda sin cumplir en Málaga y Alicante

  • Es el segundo año que se suspende el chupinazo en Vitoria

  • Los agentes evitaron la concentración de personas que trataran de acudir a la 'NO bajada de Celedón'

  • El Campello (Alicante) cierra todas sus playas y calas de 1 a 6 de la madrugada para frenar los botellones

El fuerte dispositivo policial de la Ertzaintza y la Policía de Vitoria en la zona de la Plaza de la Virgen Blanca trató de evitar las aglomeraciones, pero algunos pasaron de las restricciones para divertirse

El acto se ha suspendido por segundo año consecutivo por la pandemia y la plaza de la Virgen Blanca se ha quedado vacía, aunque hubo quien burló las medidas de seguridad.

Los agentes establecieron un cierre perimetral de la plaza de la Virgen Blanca, con vallas y controles en todas las bocacalles y zonas de acceso para evitar cualquier aglomeración de personas durante la tarde en que se suele celebrar la bajada de Celedón en las fiestas patronales.

Sin embargo, tuvieron que emplearse a fondo con los indisciplinados de siempre. En Málaga y Alicante se repitieron las escenas de botellones y diversión.

Cierran las playa del Campello para evitar botellones

El Ayuntamiento de El Campello (Alicante) ha cerrado al público todas sus playas y calas de 1 a 6 de la madrugada a partir del viernes para frenar botellones y fiestas sobre la arena, aunque siempre hay estos que eligen poner en riesgo a toda la comunidad.

La decisión de cerrar las playas pretende frenar el incremento "notable" del número de jóvenes que acuden a los arenales del municipio, pese en Alicante hay toque de queda, en El Campello no. Tal y como ha indicado el consistorio en un comunicado, la Policía atendió más de 40 llamadas y requerimientos por casos en las playas de Muchavista y Carrer la Mar, así como en las calas de la zona norte, el pasado fin de semana.

Asimismo, entre el sábado y el domingo se levantaron hasta 25 denuncias por botellones y fiestas, la mayoría a jóvenes residentes fuera de la población, "lo que ha supuesto una carga de trabajo extra a los servicios policiales", según la concejalía de Seguridad.

El decreto entrará en vigor este viernes y hasta el 16 de agosto y ordenará un control policial estricto en esos espacios para intentar poner freno a un fenómeno "hasta ahora casi inédito en el municipio", dado que las localidades colindantes sí tienen toque de queda.

Por ello, el Ayuntamiento recuerda que las denuncias podrían llegar a suponer sanciones de hasta 3.000 euros, a pagar por los infractores o sus tutores en caso de tratarse de menores de edad.