Pantalanes sostenibles: la investigación que propone una clasificación medioambiental para puertos deportivos

  • En España hay más de 350 puertos deportivos y 125.000 amarres

  • El estudio propone un nuevo índice para clasificarlos medioambientalmente

Han crecido como la espuma en los últimos treinta años. No hay prácticamente municipio costero que no tenga uno, o aspire a tenerlo. Y es que los casi 8000 kilómetros de nuestras costas dan para muchos puertos deportivos. En concreto para más de 350 con una cantidad total de amarres que superan los 125.000. Y sin embargo, año 2021, aún no hay ninguna norma que los clasifique medioambientalmente. En sus pantalanes no hay señales que hablen de su buen estado, o avisen de sus peligros.

"En los puertos deportivos pueden verse banderas azules, pero están relacionadas con los servicios que ofrecen", señala José Manuel Guerra, catedrático de Zoología en la Universidad de Sevilla. "Hasta ahora no ha habido una herramienta clara para clasificarlos por su calidad medioambiental"

En sus pantalanes no hay señales que hablen de su buen estado, o avisen de sus peligros.

De ahí la necesidad del estudio que ha realizado un grupo interdisciplinar de científicos españoles, que reúne biólogos y químicos de la Universidad de Sevilla, la de Huelva y la Autónoma de Madrid y del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía del CSIC, para intentar poner orden en estos ecosistemas creados por el hombre

"Un puerto deportivo es un sistema creado por el hombre en el que, sin embargo, viven muchos organismos. Aunque muy antropizado, no deja de ser un ecosistema", puntualiza Guerra. "Resulta difícil clasificarlos en buenos, malos, o regulares, porque ya de por si tendrían que ser malos, pero una vez que los tenemos, hay algunos mejores que otros".

José Manuel Guerra, Alejandro Fernández Romero y sus colegas han recogido durante meses muestras en los puertos deportivos andaluces en busca de sus parámetros químicos y biológicos. En los primeros buscando hidrocarburos, metales pesados, nitrógeno, fósforo, azufre o los biocidas utilizados en las pinturas que recubren los barcos para evitar la adherencia de organismos a sus cascos. Para los biológicos, estudiando la vida que puebla sus aguas.

"Desde el punto de vista biológico quizás lo más interesante sea su potencialidad para dispersar especies invasoras que van de un puerto a otro y se van extendiendo", apuntan los investigadores. "Además, viendo qué especies aparecen podemos saber si el puerto está más o menos contaminado. Los parámetros químicos por sí solos pueden hablar de un momento determinado. Los organismos vivos son mejores testigos de lo que está pasando en el puerto".

El resultado es un nuevo índice que han denominado MEPI (Marinas Environmental Pollution Index), con el que se podría cuantificar el grado de contaminación de nuestros puertos deportivos.

"Es un índice que utiliza datos químicos ambientales", cuenta José Manuel Guerra. "Aparte proponemos un segundo indicador que integra esos datos químicos con los datos biológicos".

"Son ecosistemas tremendamente modificados, porque son artificiales"

Implementar un sistema parecido permitiría a los usuarios elegir su puertos no por sus comodidades, que también, sino además por su estado medioambiental. Por el momento ciencia, quien sabe sí en pocos años una realidad más a la hora de decidir a dónde queremos navegar.