El presunto parricida de Beniel estaba "obsesionado con los críos"

  • El agresor estaba condenado por coacciones a su exmujer

David S.O., el hombre de 39 años que mató a su hijo de 11 en Beniel (Murcia) antes de acabar con su propia vida, estaba “obsesionado” con su exmujer y “con los críos”, según Francisco Javier Moñino, un vecino del agresor, a ‘La Verdad de Murcia’.

El ‘cartagenero’, que es como conocían a David S.O. en Beniel, no superó nunca la ruptura con su pareja. “Estaba todos los días por el pueblo a ver si la veía. La controlaba”, cuenta el mismo. Allí, en el municipio murciano, recuerdan sus problemas con el alcohol y su personalidad posesiva.

Condenado por el juzgado de Violencia sobre la Mujer

Los padres del pequeño se encontraban separados desde hace algún tiempo y existía una denuncia por malos tratos. A principios del mes de junio, el hombre fue condenado por el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Murcia por un delito de coacciones a su expareja, y se le impuso prohibición de aproximación a su expareja.

Dos semanas más tarde, en un juicio rápido celebrado el 19 de junio, fue condenado por quebrantamiento de la orden de alejamiento, después de que reconociera que se había acercado a la casa buscando al mayor de sus hijos. La pena de prisión de cuatro meses quedó suspendida, tal como pidió la defensa, a lo que no se opusieron las acusaciones.

Los hechos

El miércoles hacia las 23.00 horas, se daba aviso a los agentes del Instituto Armado ya que Cristian, el menor de los dos hijos en común de la pareja, no había sido entregado la madre hacia las 20.30 horas, como estaba estipulado, y el padre tampoco respondía a las llamadas.

Fue entonces cuando se desplazaron hasta la vivienda del progenitor efectivos de Guardia Civil y Policía Local de Beniel, que consiguieron acceder a su interior con la ayuda de un cerrajero.

Allí, hallaron el cuerpo sin vida del menor, estaba sobre un charco de sangre con heridas de arma blanca, y al padre, ahorcado en la cocina. Los servicios sanitarios desplazados hasta el lugar no pudieron hacer nada por salvar la vida de ninguno de ellos.