Piezas de hasta 1.000 kilos salieron disparadas de la planta petroquímica

  • Acompañamos a los trabajadores que buscan piezas en el 'muro verde'

  • “La edad pasa factura a la gente, como no le va a pasar a una petroquímica”

  • Un herido: "Note como si se me fundiera la cabeza"

A Sergio Millán lo mató una plancha metálica de casi una tonelada de peso que voló tres kilómetros hasta impactar contra su casa. Teniendo en cuenta las piezas que los trabajadores de la planta petroquímica de Tarragona han encontrado en los descampados cercanos -que llaman 'muro verde'- cuesta creer que a nadie más le pasara lo que al vecino de Torreforta.

Hoy los trabajadores de la fábrica de Tarragona han salido a buscar las piezas que salieron disparadas de la fábrica. Han encontrado a unos 200 metros la terminación de una tubería, llamada, brida ciega. Es de enorme dimensiones, solo apreciables en la fotografía si se observa el pie de la zona inferior.

Manuel, soldador habitual en la fábrica nos muestra otra pieza, que asegura que pesa 1.000 kilos. Dice que las plantas están muy viejas. “Si la edad pasa factura a las personas, como no la va a pasar a una petroquímica”, ha señalado.

También ha encontrado una pesa, de dimensiones no tan llamativas pero que pesa tanto que hizo un gran socavón en el suelo.

Estas piezas han caído en lo que los empleados llaman 'muro verde', una zona sin edificar que rodea el complejo petroquímico. En este caso ha funcionado porque si todas estas piezas hubiesen caído en zona edificada habrían hecho mucho daño.

Desgraciadamente es lo que le pasó a Sergio Millán, el vecino de Torreforta que murió cuando una plancha metálica de una tonelada impactó contra su edificio.

Las primeras declaraciones de un herido

Felipe Rendón, uno de los heridos en la explosión ha explicado que, antes de la explosión oyó "un ruido muy fuerte, como si fuera una olla a presión, como si saliera vapor o gas". En declaraciones a la emisora RAC1, este trabajador de 25 años, ha contado que estaba haciendo su ronda e intentó avisar de que algo iba mal en un panel de control que se hundió.

Rendón ha explicado que tras la explosión notó “como si se me fundiera la cabeza”. Se le había incrustado en el cráneo un trozo pequeño de metal. Desde el Hospital Vall d’Hebron ha contado que intentó salir corriendo pero no pudo.