Evacuada en Cádiz por posible derrumbe una fiesta de "amigos de amigos que han traído a sus amigos"

  • El cumpleaños de un Erasmus reunió a mas de doscientas cincuenta personas en un piso de Cádiz

  • La Policía Local tuvo que intervenir ante el riesgo de "daños estructurales" del edificio

El número 22 de la calle Sagasta de Cádiz es ya un edificio maduro. Se construyó en 1904 y tiene sus achaques, pero su corazón es joven. Su dueño lo alquila por habitaciones a estudiantes que cursan su beca Erasmus en la Universidad de Cádiz. Y claro los chavales estudian, pero también, la edad obliga, se divierten. En eso, Sagasta 22 es única.

"Es una casa mítica", nos dice un estudiante. "Montan unas buenas fiestas ahí, ahí se hacen todas las fiestas Erasmus, en más de una me he colado".

Mítica también para los vecinos. "Esta gente hace muchas fiestas, entonces, claro, en vez de veinte personas entran cien. Ese es el problema y claro, los vecinos ya estamos hartos, esto ya viene de lejos", dice uno de ellos.

"Hay muchas fiestas todos los años. Por lo menos cuatro o cinco", añade otro.

Los vecinos protestan, pero cuando uno de ellos llamó a la policía el pasado sábado, por el ruido que salía de la casa, no sabía que estaba ante la madre de todas la fiestas Erasmus.

"Era el cumpleaños de un compañero de piso", cuenta un estudiante polaco de Medicina, que entreabre la puerta de la ya famosa casa. "Empezamos la fiesta a las nueve y media o diez. Invitamos a los amigos, pero al final han venido amigos de amigos que han traído a sus amigos, y amigos de sus amigos. Todo el mundo ha venido al final aunque nosotros sólo hemos invitado a treinta personas. Queríamos acabar la fiesta a las doce o la una, pero la policía llegó antes y han quitado toda la gente fuera de la casa".

"Invitamos a los amigos, pero al final han venido amigos de amigos que han traído a sus amigos, y amigos de sus amigos"

Y es que cuando la Policía Local llego a Sagasta 22, casi tienen que sacar la calculadora. "Los agentes contabilizaron al menos doscientas cincuenta personas que ocupaban las distintas estancias del inmueble", dice la nota policial, "Ante el riesgo de que tal concentración de jóvenes pudiera comportar daños estructurales para el inmueble, la Policía Local decidió proceder al desalojo"

"Los agentes contabilizaron al menos doscientas cincuenta personas que ocupaban las distintas estancias del inmueble"

Y ahí lo tienen un edificio desalojado, no por un incendio, no por estar en malas condiciones. Desalojado por una fiesta Erasmus.

"Yo vivo aquí a la vuelta y escuchamos un murmullo y parecía que era una manifestación o algo. Era de locos", narra un vecino aún asombrado. "Yo nací en el año sesenta y ocho, y me acuerdo de las manifestaciones de la reconversión naval. Comparado con aquello esto era una locura".

Desde la universidad se señala que los estudiantes son mayores de edad, y lo que hacen en su tiempo libre escapa al ámbito académico. "En el acto de bienvenida se les da información general, y acude la policía local para advertirles de cosas como esta", dicen.

Hoy la casa está tranquila. Los estudiantes se muestran sorprendidos ante la repercusión del cumpleaños más sonado en Cádiz de los últimos tiempos, y no quieren hacer declaraciones. La madre de todas las fiestas Erasmus ya es historia.