Lo sentimos: ránking de los productos de tu neceser que más contaminan

Adela Leonsegui (@AdelaLeonsegui) 11/09/2016 10:28

Si bien es cierto que parte de la industria cosmética libera sustancias contaminantes en el proceso de producción, también a nivel personal hay una responsabilidad con el medio ambiente. Diversos estudios revelan que los componentes que se cuelan por el desagüe de la ducha, las emisiones de gases de los aerosoles, las toallitas y discos que se tiran despreocupadamente al inodoro y la imposibilidad de reciclar las maquinillas desechables, también provocan un impacto medioambiental poco deseado.

Ojos a los microgránulos sintéticos en los desagües

Las micropartículas incluidas en algunos cosméticos -pastas de dientes blanqueadoras, exfoliantes corporales y productos de limpieza facial- se han convertido en el último enemigo público del ecosistema marino. Se trata de microplásticos de unos 5 milímetros de diámetro que escapan al control de las plantas de aguas residuales por lo que son vertidos al mar donde tardan cientos de años en descomponerse. El problema no es sólo que los mares y océanos se llenen de plástico, en el caso de las micropartículas va más allá: por una parte absorben todo tipo de toxinas, químicos y contaminantes y por otra se incorporan fácilmente a la cadena alimenticia de los peces, llegando finalmente a la de los humanos.

Estos cosméticos ya han sido prohibidos en Estados Unidos, pero en tanto esa prohibición llega a España la solución pasa por evitar los cosméticos con micropartículas o microperlas sintéticas y elegir exfoliantes con microgránulos de origen natural como arena o semillas que no son tóxicos y sí biodegradables.

Las cremas solares se convierten en oxidantes cuando llegan al mar

Cuando por fin nos hemos concienciado del peligro que supone exponerse al sol sin crema de protección solar, el siguiente problema viene precisamente de su uso. Los protectores solares actúan en la piel -bien dispersando la radiación, bien absorbiéndola- mediante ciertos compuestos (benzofenona-3, 4-metil bencilideno alcanfor, nanopartículas de titanio y de zinc) que terminan en el mar, ya sea directamente cuando nos bañamos o de manera indirecta tras una ducha en casa.

Antonio Tovar y David Sánchez -investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) y del CSIC en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados respectivamente-, están realizando estudios al respecto y han publicado un artículo en la revista Environmental Science and Technology concluyendo que los compuestos de las cremas solares, una vez liberadas al mar y expuestas a la luz solar, tienen la capacidad de producir peróxido de hidrógeno: un fuerte agente oxidante que puede generar niveles de estrés en el fitoplancton marino llegando a inhibir su crecimiento. De todos los compuestos los más agresivos son las nanopartículas de titanio y de zinc.

Los aerosoles: aire envenenado

Aunque desde la década de los setenta se han tomado medidas contra los compuestos orgánicos volátiles que desprenden los aerosoles (en cosmética fundamentalmente lacas y desodorantes) por el impacto negativo que provocan en la capa de ozono, los que existen actualmente no dejan de utilizar propulsores a base de hidrocarburos o de óxido de nitrógeno con efectos negativos en el medio ambiente.

La solución pasa por sustituir la laca por otro tipo de producto de acabado e incluso, para los más puristas, por pulverizar sobre el cabello agua y azúcar. En cuanto a los desodorantes, es tan fácil como cambiarlo por una crema, por el de tipo roll-on o por desodorantes naturales como la piedra de alumbre.

Maquinillas de afeitar desechables, un invento caro

¿Te has preguntado alguna vez en qué contenedor se tiran las maquinillas de afeitar desechables para su reciclado? Pues la respuesta es en ninguno. Teniendo en cuenta que la duración media de una cuchilla de afeitar es de siete días, una persona que se afeita a diario habrá tirado a la basura unas 52 maquinillas desechables en un año. Los residuos, compuestos por plástico -fundamentalmente poliestireno- y metal –acero inoxidable-, irán a parar a un vertedero y terminarán quemándose a pesar de que las cuchillas son100% reciclables. En este caso la solución es bien fácil, basta con pasar de la maquinilla desechable a la maquinilla clásica en la que sólo hay que intercambiar las cuchillas o buscar métodos de depilación definitivos.

Toallitas, algodones, discos desmaquillantes… no en el inhodoro

Cien mil veces no son suficientes, aunque ya lo sepas no está de más repetirlo otra vez: jamás tires toallitas húmedas o discos desmaquillantes al inhodoro porque no son biodegradables aunque lo indique en el envase. No se deshacen, provocan atascos en las alcantarillas y las que terminan en las plantas de gestión de residuos acaban por colapsarlas de manera que el agua tiene que brotar por los aliviaderos de que generalmente desembocan en el mar o los ríos. De este modo toallitas, algodones y discos desmaquillantes se mezclarán con las algas, pondrán en peligro a las especies marinas y perjudicarán gravemente la cadena alimenticia.